A muchas personas les preocupa saber si le están dando a su cuerpo todo lo necesario para que funcione con normalidad y no sea susceptible a enfermedades y demás afecciones. Es por esto que, además de la alimentación diaria, hay quienes recurren a consumir suplementos alimenticios, productos de los que no siempre se habla y cuyas consideraciones antes de ingerirlos son poco conocidas.
Es común que en las televisión y supermercados se ofrezcan estos suplementos con la idea de que aportarán más nutrientes que no se hallan en la dieta diaria, o bien, para suplir carencias para las personas que no llevan una dieta balanceada. Los hay en variedad de presentaciones, ya sea en polvos, pastillas, batidos o líquidos, aunque hay dudas sobre quiénes deben consumirlos y quiénes no.
Los suplementos alimenticios son productos que se obtienen de hierbas, extractos vegetales, alimentos tradicionales y concentrados de frutas, cuya función es dar un aporte extra de nutrientes como vitaminas, proteínas, aminoácidos, ácidos grasos, probióticos y minerales. Gracias a esto, representan un gran beneficio para quienes los consumen, aunque nunca serán sustitutos de una alimentación equilibrada.
Cuando las personas no comen adecuadamente debido a su estilo de vida o porque tienen alguna complicación metabólica, su organismo empieza a padecer de nutrientes como vitaminas y minerales, por lo que es importante que los obtengan de otras fuentes externas.
Si bien son un complemento en los casos en que hay déficit, los suplementos alimenticios no son tratamientos que cumplan o reemplacen el papel de los medicamentos ni mucho menos son curas o preventivos de enfermedades. Tampoco pasan por los mismos controles de producción que los fármacos y, en la mayoría de los casos, no requieren prescripción de un profesional de la salud.
En contraste a las ideas populares, no sirven para bajar de peso ni hacen modificaciones al metabolismo de las personas. A pesar de que hay algunas creencias que lo afirman, no tienen propiedades afrodisíacas. Algo en lo que sí tienen función es para complementar el deporte más intenso, ya que contribuyen a tener un mejor rendimiento y ayudan a incrementar la masa muscular.
¿Se pueden consumir en cualquier momento?
Una persona que lleva un régimen de alimentación que incluya todos los nutrientes puede consumir suplementos, pero en otros casos es 100 % indispensable para quienes presentan enfermedades, al igual que para quienes ya tienen edad avanzada o, por el contrario, aún son muy jóvenes.
Para las mujeres en edad fértil o en etapa de lactancia es necesario ingerir vitamina D, ácido fólico y hierro, mientras que para los adultos mayores de 50 años es importante mantener altas dosis de vitamina D, B12 y folato. En los casos de niños menores de cinco años es recomendable que tomen dosis de vitaminas A, C y D, aunque si llevan una dieta adecuada no es importante. Por último, para las personas que llevan dietas veganas lo mejor es complementar con vitaminas B12 y D2.
En todas las situaciones se debe recordar que no son productos milagro que surtan efectos de un día para otro y lo más recomendable es que se consuman adicionalmente a un estilo de vida sano, que incluya dieta saludable y ejercicio. A pesar de que estrictamente no requieren receta médica, para elegir el adecuado es importante recibir orientación de un profesional de la salud.
También es imprescindible escoger aquellos que sean de marcas reconocidas y que cumplan con los lineamientos de producción, ya que hay variedad de productos engañosos que se ofertan sin proporcionar información nutrimental, de los fabricantes y porciones en las que deben ingerirse.