La crianza infantil ha evolucionado con el paso de los años y con ello la creación de nuevos términos que permiten identificar ciertas actitudes que para muchos podrían parecer normales pero que en realidad podrían representar un problema para el presente y futuro de nuestros hijos, como es el caso del narcisismo.
El narcisismo es un rasgo de personalidad que muchas veces se asocia con los adultos pero que, de acuerdo con la psicología infantil, tiene un origen desde la infancia y son los padres son quienes se deben de encargar de moldear este carácter.
Con la finalidad de ser más descriptivos, algunos psicólogos infantiles han acuñado el término del "síndrome del niño emperador", el cual no está aprobado clínicamente, pero ha servido para socializar sus características y consecuencias tanto en especialistas como en padres de familia.
Este llamado "síndrome del niño emperador" es un sinónimo más descriptivo para definir a un niño con una personalidad narcisista, el cual se caracteriza principalmente por hacer constantes rabietas y tratar de imponer sus decisiones, incluso por encima de las de sus padres.
De acuerdo con portales especializados, los niños narcisistas se caracterizan principalmente por no atender las normas y considerar que siempre van a tener la razón, por lo que si alguien intenta llevarle la contraria, demuestra una baja tolerancia a la frustración.
Otra característica es que estos niños generalmente buscan ser el centro de atención en todo momento y muestran disgusto cuando algo o alguien les roba dicha atención.
Su personalidad narcisista impide mostrar agradecimiento y suelen exigir las cosas porque están acostumbrados a recibirlas en el momento en el que las piden, incluso sin tener que mostrar algún tipo de esfuerzo por ellas.
Esto genera reacciones sociales pues los niños con un problema narcisista no se hacen responsables de sus actos y buscan culpar a otras personas de lo que a ellos les ocurre.
Aunque muchos de estos rasgos pueden aparecer a una edad temprana, los especialistas consideran que se puede volver un problema grave cuando se mantiene después de los seis años ya que para ese momento los menores tienen más conformada su personalidad.
¿Qué repercusiones tiene?
Además de convertirse en un problema familiar, ya que estos niños constantemente desafían a sus padres y pueden llegar a tener reacciones físicas hacia ellos como puede ser empujar, morder o gritar, tiene repercusiones de índole social.
En su desarrollo se puede ver mermada la convivencia con otras personas ya que buscarán imponer sus puntos de vista en todos los espacios en los cuales se desenvuelven, incluyendo el ámbito escolar.
Generalmente desarrollan una personalidad de supremacía pues tienden a verse o sentirse superiores a los demás, lo cual los vuelve vulnerables a la frustración pues no aceptan de la manera correcta una derrota.
Aunque esto muchas veces se puede confundir con una buena autoestima, un comportamiento sano es aquel en el que el niño es capaz de aceptar una derrota y encontrar la forma de superarla sin culpar a alguien más.
¿Cómo evitar este comportamiento?
Uno de los principales rasgos de los menores narcisistas es que crecen en espacios con sobreprotección, donde las personas en su entorno constantemente envían mensajes que aparentemente podrían verse como positivos pero que reafirman su idea de que son el centro de atención.
Algunos especialistas recomiendan que en lugar de decirle a un niño que es especial, se envíen mensajes que hagan énfasis en el trabajo, el esfuerzo y el cariño hacia otras personas, así como a las diferencias que tiene frente a los demás.
Los niños narcisistas desarrollan más esta personalidad en ambientes permisivos, por lo que una recomendación es saber decir que no en el momento adecuado, establecer límites y que sepan que ni las cosas o las personas están disponibles para ellos y cuando ellos quieran.
Esto también se puede traducir en no satisfacer todas sus necesidades materiales ya que esto les ayudará a disfrutar de los pequeños detalles y mantener por más tiempo su capacidad de sorprenderse ante nuevas situaciones.
Es bueno que los menores adquieran responsabilidades de acuerdo a su edad, por lo que pueden apoyar con algunas labores de lugar, recogiendo sus juguetes o incluso acomodando su ropa.
Para los especialistas, la mejor forma de combatir el narcisismo es demostrándoles un buen ejemplo, por lo que siempre debes de fomentar acciones altruistas, solidarias y que demuestren cariño, pero siempre estableciendo límites.