El palacio legislativo de San Lázaro ha sido escenario en múltiples ocasiones de acaloradas discusiones de índole política con trascendencia para todas las mexicanas y mexicanos, pero también lo ha sido de momentos vergonzosos donde diputados han llegado a los golpes y descalificaciones personales.
El último momento bochornoso en la Cámara de Diputados ocurrió apenas ayer cuando se llevaba a cabo la comparecencia del secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, pues de los insultos los legisladores llegaron a los empujones y golpes.
La "cámara húngara" no estuvo protagonizada por determinados diputados ya que la campal se dio principalmente entre grupos: los legisladores de la oposición, que pertenecen al PAN, PRI y PRD, y los diputados del Movimiento de Regeneración Nacional.
Pero además de estos golpes y empujones generalizados, destacó lo ocurrido con la diputada transgénero María Clemente García Moreno, quien le gritó a los diputados panistas "Amarren a su perra", en referencia a la diputada María Castell.
La legisladora morenista, María Clemente, lanzó insultos durante la comparecencia de Rogelio Ramírez de la O. pic.twitter.com/G5Fq1b0Ll0
— Reporte Índigo (@Reporte_Indigo) September 20, 2023
Otras escenas vergonzosas
Como se indicó en un principio, no es la primera vez que ocurren lamentables escenas como la de ayer, pues en otros momentos los legisladores le han perdido por completo el respeto al palacio legislativo de San Lázaro.
Un ejemplo destacado fue el que ocurrió en octubre del 2021 cuándo, nuevamente, diputados del PAN y de Morena tuvieron un encontronazo físico en la tribuna del palacio de San Lázaro durante la discusión por el debate de la Miscelánea Fiscal 2022.
En ese momento la riña estuvo protagonizada por Gerardo Fernández Noroña, diputado del Partido del Trabajo; el morenista Antonio Pérez; así como los diputados panistas José Elías Lixa, Arturo Espadas y Jorge Triana.
Noroña estar en su legítimo derecho de partirle la mauser al Jorge "#DesperdicioDeCurul' Triana.
— ƈųɛཞ۷ơʂ ყ ℘ąƖơɱąʂ (@cuervosYpalomas) October 27, 2021
Por otra parte no sería la primera vez que se pelean a golpes en la camara de diputados, recuerdo cuando el Panista @PanchDominguez en estado etílico, se peleó en el pleno. pic.twitter.com/PnRVexYtin
El intercambio de golpes fue contenido por el entonces presidente de la cámara, Sergio Gutiérrez, quien tuvo que declarar un receso de más de una hora para después concluir con la votación de la miscelánea fiscal.
Otro de los conflictos recientes que llegaron a los golpes fue el ocurrido en octubre del 2020 cuando se discutió la desaparición de 109 fideicomisos públicos.
En ese momento el jaloneo, los empujones y los golpes llamaron más la atención pues México atravesaba por la pandemia del covid-19, por lo que había restricciones sanitarias para mantener la sana distancia.
En los videos compartidos en su momento en redes sociales se podía ver a todos los diputados aglomerados y lanzando insultos que se alcanzaban a escuchar claramente a pesar del uso de cubrebocas.
Aunque propiamente no fue una riña, existen otros casos donde los diputados olvidan la solemnidad que se debe de mantener en todos los actos que alberga el palacio legislativo y deciden montar algún espectáculo.
Un claro ejemplo es lo ocurrido el pasado 30 de junio cuando la diputada poblana Inés Parra Juárez, le arrojó ratas de plástico a David Colmenares, auditor Superior de la Federación, durante una comparecencia en la sede legislativa.
¿Hay sanciones?
Gran parte de que este tipo de actos sigan ocurriendo tiene que ver con que los diputados que se ven involucrados en agresiones físicas o verbales en contra de otros legisladores no reciben ningún tipo de sanción.
Si bien el reglamento habla de que todos los diputados deben de conducirse con orden y respeto, preservando la solemnidad del palacio legislativo, no existe una reglamentación clara sobre las sanciones por violar dichos preceptos.
De este modo encontramos que todas estas bochornosas discusiones, sin importar que lleguen a los golpes o a los descalificativos, se quedan impunes y solamente sirven para llenar el anecdotario.