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Han pasado casi cinco años de que el país dio un vuelco a las políticas aplicadas en las últimas cuatro décadas. Con motivo del quinto informe de gobierno del compañero Andrés Manuel López Obrador (AMLO) comparamos los principales indicadores económicos de los últimos tres sexenios, ¿quién ha tenido el mejor desempeño?
Un objetivo de la macroeconomía es la estabilidad de precios que se mide a partir de la tasa de inflación. El Banco de México (Banxico) tiene como meta una tasa del 3% +/- 1%. Al cierre del mes de julio, la inflación fue del 4.6%, en el mismo mes del quinto año de Peña Nieto fue de 6.4% y en el de Calderón de 3.5%. Aunque pareciera que Calderón tuvo el mejor resultado, hay que considerar que en ese momento la economía mundial era estable y ahora pasa por una severa crisis. En 2011 la inflación de Estados Unidos fue de 2.8% y la de Alemania de 2%; mientras que ahora tienen una inflación de 3.2 y 6.2% respectivamente. Por tanto, por mantener un indicador estable en un momento de adversidad mundial, este punto se lo lleva AMLO.
El crecimiento del empleo es otro objetivo macroeconómico, a pesar de los empleos perdidos en la pandemia, hoy tenemos la tasa de desempleo más baja de la historia y de América Latina con 2.9%; el sexenio pasado la tasa fue de 3.3% y con Calderón de 5.3%. Otro punto para AMLO.
Además de una mayor creación de empleos, este sexenio registra los mayores aumentos salariales en 40 años. Mientras que Calderón y Peña llevaban un aumento acumulado del 22 y 29% respectivamente, AMLO ha incrementado el salario mínimo en 134% a nivel nacional y en 254% en los municipios de la frontera. Otro punto para AMLO.
Los incrementos salariales extraordinarios incidieron en un mayor dinamismo económico, mejora en el bienestar de la clase obrera y reducción de la pobreza que en este sexenio mostró 10 puntos porcentuales por debajo del nivel que tuvo en el sexenio de Calderón, eso equivale a que 9 millones de mexicanos salieron de la pobreza. Además del salario, ayudaron las transferencias económicas del gobierno mediante apoyos sociales que llegan a más de 25 millones de personas. Así, se dignifica al adulto mayor (pensiones del bienestar), se reinserta a los jóvenes a la educación (jóvenes escribiendo el futuro) y al trabajo (jóvenes construyendo el futuro), se apoya al campesino (sembrando vida) y a los menores (becas Benito Juárez).
Un mayor dinamismo económico impulsa el crecimiento del Producto Interno Bruto. Con Calderón en el mismo trimestre, el PIB creció 3.4%; con Peña un raquítico 1.9%; en este ultimo trimestre se creció al 3.6%. Nuestro país tuvo el mejor desempeño de Occidente, a nivel mundial estuvo sólo por debajo de China y Turquía. También jugó a favor el aumento sin precedente de la inversión en obra pública como el tren interoceánico y la refinería de Dos Bocas (ya concluidos) o el tren maya y el aeropuerto de Tulum (por inaugurarse en diciembre) por mencionar algunos.
La informalidad laboral también alcanzó los niveles más bajos, 55% frente a los 59% que en estas mismas fechas tuvo el sexenio de Calderón. Programas de incorporación fiscal, una mayor confianza de los empresarios y reducción del empleo informal favorecieron a este indicador.
Es de destacar que la obra pública y los programas sociales se llevan a cabo con un manejo austero y responsable del presupuesto. Sin estos programas, en el mismo periodo, Calderón aumentó la deuda en 136% y Peña Nieto 75%; en el sexenio de AMLO la deuda ha aumentado 31%. No se ha contratado deuda nueva, este aumento responde a la restructuración de los pasivos ya existentes.
Es claro que una economía fuerte se debe reflejar en su moneda, el peso mexicano se ha fortalecido como nunca, es la primera vez en más de 100 años que nuestra moneda no se depreció, todo lo contrario, ha ganado 18.4% frente al dólar y más de 20% al euro y a la libra. ¿Dónde están los que apostaban que habría una profunda depreciación? Todos estos datos se pueden consultar en la siguiente tabla.
Falta un camino muy largo por recorrer, el neoliberalismo nos dejó devastados, pero poco a poco ya se nota la cosecha de la transformación, el pueblo está feliz y sigue confiando en el presidente, su popularidad es sorprendente. La pandemia y esta crisis mundial (que en México se ha percibido poco) nos demostraron que en los peores momentos tenemos a un buen gobierno. ¡Qué nunca vuelvan los conservadores, retardatarios, neoliberales!
*Profesor-Investigador Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
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