Acumuladores compulsivos, entre el caos y la necesidad irresistible

Acumuladores compulsivos, entre el caos y la necesidad irresistible

Foto: Unsplash

Los acumuladores compulsivos son personas que experimentan una necesidad irresistible y persistente de adquirir y retener una gran cantidad de objetos, incluso aquellos que pueden carecer de valor o utilidad. Este es un trastorno sicológico que puede tener consecuencias negativas para la salud mental y física de quienes lo padecen, así como para su calidad de vida y relaciones personales. 

 

Mejor conocido como trastorno de acumulación, es un padecimiento categorizado dentro del espectro de los trastornos obsesivo-compulsivos (TOC) caracterizado por la acumulación excesiva y desorganizada de objetos, incluso cuando estos comprometen el espacio vital y la funcionalidad del hogar o el entorno.  

 

Los objetos acumulados varían ampliamente y pueden incluir casi cualquier cosa, desde periódicos y revistas hasta ropa, juguetes, electrodomésticos y objetos decorativos. Los acumuladores compulsivos pueden ser atraídos por objetos que evocan recuerdos o sentimientos emocionales, lo que contribuye a establecer un vínculo y dificulta el querer deshacerse de las cosas.  

 

Cuando se ven obligados a deshacerse de algunas cosas, los acumuladores compulsivos a menudo sienten una ansiedad intensa y pueden experimentar angustia ante la idea de perder algo que consideran valioso.  

 

 

Recientemente, el caso de Antonio, un exprofesor de la Ciudad de México, se volvió viral, pues el hombre llegó a tener basura acumulada que alcanzaba los 4 metros de altura, cubriendo su auto y gran parte de su propiedad. 

 

Antonio fue profesor de ingeniería civil en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN) hasta que en 2015 sufrió un asalto que lo dejó gravemente herido y en consecuencia, terminó perdiendo su empleo.  

 

Para buscar un ingreso, su idea fue la venta de material reciclable como cartón, botellas de PET y latas; pero con el tiempo, los desperdicios se multiplicaron. Fueron vecinos de la colonia Ciudad Azteca Tercera Sección quienes notificaron a las autoridades locales debido al mal olor y las plagas que se desataron por la acumulación de basura. 

 

Aunque la genialidad no está vinculada con los trastornos obsesivo-compulsivos, lo cierto es que varios “genios” han caído en este padecimiento. Uno de los casos de mayor renombre fue el de Andy Warhol, famoso por su arte pop. 

 

Warhol padecía un trastorno de acumulación y en el libro Warhol Memoir se estipula que durante sus 59 años de vida acumuló 600 cajas con más de 400 mil objetos como cartas, obras de arte, recuerdos y otros elementos, lo que contribuía a un estilo de vida caótico. Sin embargo, para Andy esto tenía un sentido de utilidad, pues se trataba de un registro visual. 

 

De acuerdo con la Asociación Estadounidense de Siquiatría, esta condición no distingue entre hombres y mujeres, cultura o situación económico-social, por lo que afecta al menos a un 2.6 % de la población mundial, con porcentajes más elevados en personas mayores de 60 años y en aquellas con otros diagnósticos siquiátricos como ansiedad o depresión. 

 

La acumulación compulsiva puede dar lugar a incendios, caídas, lesiones, así como aumenta las probabilidades de tener infestaciones de insectos y roedores volviéndose un foco de enfermedades, propiciando el desarrollar enfermedades como el asma. 

 

En términos de salud mental, los acumuladores compulsivos se aíslan socialment,e ya que por estigmatización, se piensa que esta condición se da por un problema de pereza, inmoralidad o carencia de estándares personales y no se entiende como uno de salud mental. 

 

Los hermanos Homer Langley Collyer, se convirtieron en uno de los casos más infames de acumuladores compulsivos. Vivieron juntos en una mansión de Nueva York y acumularon una gran cantidad de objetos, incluyendo periódicos, libros y basura.  

 

Homer, el mayor, no volvió a salir jamás de la casa y su hermano era quien se encargaba de las compras de alimentos. En su mansión comenzaron a guardar objetos comunes como periódicos, libros y latas de conservas, pero poco a poco fueron guardando ametralladoras antiguas, instrumental quirúrgico, rastrillos, acordeones, una máquina de rayos X, varios esqueletos de caballos y vacas, zapatos usados, jaulas de pájaros vacías, entre muchos otros objetos que sumaron entre 140 a 150 toneladas de basura. En 1947, fueron encontrados sin vida en el interior de su casa. 

 

Si bien, la acumulación excesiva puede tener impactos devastadores en la vida de las personas y su entorno, el tratamiento terapéutico y la atención médica pueden ayudar a aquellos que luchan con este trastorno a recuperar el control sobre sus vidas y su bienestar. 

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