A pesar de que la carne de perro no está clasificada como apta para el consumo humano en las normas sanitarias oficiales del país, ciertos establecimientos fueron sorprendidos llevando a cabo la engañosa práctica de venderla con el fin de obtener mayores ganancias.
El incidente más reciente ocurrió en un negocio de comida ubicado en la carretera México - Pachuca, el cual presuntamente presentaba carne de perro como si fuera barbacoa. Las autoridades descubrieron que el local operaba sin el permiso necesario y hallaron restos que se asemejaban a los de un perro.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) enfatizó que la venta de carne de perro para el consumo humano es considerada un delito. Por esta razón, es fundamental que los consumidores sean capaces de distinguir entre los diferentes tipos de carne que están consumiendo. Si alguien sospecha que está siendo servido con carne de perro o felino, se les insta a denunciar el caso ante la Secretaría de Salud.
Identificar la carne de perro entre otras opciones como borrego o ternero requiere una observación detenida del platillo. La Asociación Coreana de Nutrición identificó cuatro características clave que pueden ayudar a discernir si la carne proviene de un canino:
-
Grasosa: La carne de perro tiene alto contenido de grasa que se libera al cocinarse, diferenciándola de otros tipos de carne.
-
Pegajosa: La textura de esta carne tiende a adherirse a las superficies, como las tortillas.
-
Dureza: La carne de perro es más dura y requiere más esfuerzo al masticarse.
-
Olor: El aroma es distintivo y fuerte, a diferencia del olor de la carne de res o cerdo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que consumir este tipo de carne representa riesgos para la salud humana, ya que los perros destinados al consumo por lo regular son criados en condiciones poco higiénicas, lo que da lugar a enfermedades como la triquinosis, el cólera y la rabia.
Human Society International, organización dedicada al bienestar animal a nivel global denunció las terribles condiciones en las que se mantienen estos animales destinados al consumo. Activistas de la organización continúan intensificando sus esfuerzos para demandar sanciones más estrictas y prohibiciones en el comercio de carne de perro en Asia, donde esta práctica persiste ilegalmente a pesar de las prohibiciones existentes en otros países.