Científicos estadounidenses realizaron un experimento y descubrieron que cuando los recién nacidos escuchaban canciones de cuna de Mozart se reducía su dolor.
Se sabe que los recién nacidos no solo experimentan dolor, sino que los estudios han demostrado que pueden experimentar una respuesta al dolor de una manera más aguda debido al sistema nervioso inmaduro y las vías inhibitorias, aunque los bebés a término se adaptan a esto con bastante rapidez.
Al mismo tiempo, los recién nacidos a menudo se someten a procedimientos dolorosos, tales como inyecciones intramusculares, punciones de venas o inyecciones en los talones. Los científicos informan que los estímulos de dolor intenso a una edad temprana pueden conducir a resultados adversos a largo plazo. Por lo tanto, los médicos están buscando formas simples y confiables de aliviar el dolor en este grupo de edad.
Se investigó el efecto de los métodos no farmacológicos en la percepción del dolor en los bebés. Por ejemplo, se les administró una solución de azúcar por vía oral y leche materna. La música también se ha utilizado para modular la sensibilidad al dolor, pero casi nunca se ha estudiado en investigaciones controladas.
Saminathan Anbalagan y sus colegas del hospital de Lincoln en Nueva York realizaron un experimento al poner a 54 recién nacidos a término una canción de cuna de Mozart mientras les tomaban sangre del talón. Otros 46 niños estaban en el grupo de control y no escuchaban música.
Ambos grupos recibieron 0,5 mililitros de sacarosa al 24% dos minutos antes de la inyección en el talón. En el grupo de intervención musical, los bebés comenzaron a escuchar música 20 minutos antes de la inyección y cinco minutos después de la inyección. El dolor se evaluó en la escala de dolor neonatal, que incluye una evaluación de la expresión facial, el llanto, los patrones de respiración, los movimientos de las extremidades y la excitación general.
El personal, una enfermera y un médico que evaluaba el dolor, estaba en la habitación con auriculares con música. Los niños del grupo de intervención obtuvieron puntuaciones significativamente más bajas en la escala de dolor (p < 0.001). Con ello, los indicadores iniciales del dolor fueron los mismos. No hubo diferencias en las puntuaciones de dolor según el sexo o el momento en que nació el bebé.
Este estudio mostró reducciones estadísticamente y clínicamente significativas en las puntuaciones de dolor de los recién nacidos a término cuando se expusieron a la música clásica. En investigaciones futuras, los científicos también esperan revelar qué efecto analgésico puede tener la grabación de la voz de los padres.