Para la mayoría de los hispanohablantes, la Real Academia Española es la máxima referencia en cuanto al lenguaje, dictando el uso de una "correcta" comunicación, pero la RAE funciona como un gran registro de la lengua y literatura, por tanto, cuando una palabra se usa mucho dentro de un contexto, es probable que, dentro de poco, la puedas ver en el diccionario.
Esta es la forma en que muchas "palabras altisonantes" han sido reconocidas por la Academia, dándoles claridad sobre su significado y abonando a su correcto uso, aunque claro no por ello es obligatorio tener que empeñarlas.
La RAE es solo una de las veintitrés academias que conforman la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), que edita el Diccionario de la lengua española (DLE), que desde 2004 se encuentra en línea. Para 2016 ya contaba con 800 millones de consultas principalmente de países como: España, México, Colombia, Argentina y Estados Unidos.
#PalabraDelDía | parhelio
— RAE (@RAEinforma) August 28, 2023
El fenómeno similar relacionado con la Luna se conoce como «paraselene», que procede de «Selḗnē» ‘Luna’ (como «selenita» ‘habitante imaginario de la Luna’). Otras palabras formadas con «hḗlios» son, por ejemplo, «heliocentrismo» y «heliotropismo». pic.twitter.com/lRn8L675jz
Año con año, la RAE agrega mexicanismos que contemplan todo tipo de definiciones. Durante la Vigésima Segunda Edición 2001 de su Diccionario incluyó 2.895 mexicanismos, muchos de ellos de origen prehispánico, aunque también se reconocieron otro tipo de jergas como la utilizada por narcotraficantes.
De esta forma, vocablos como levantón (secuestro), plomear (disparar a alguien con un arma de fuego), ejecutar (aniquilación de una persona después de un proceso judicial) y pase (aspirar cocaína), forman parte del Diccionario Académico de la Lengua Española.
En estas páginas, también podemos encontrar otras palabras mexicanas como chingar, con sus derivados como: chingadera, chingón, usado muchas veces para calificar algo que molesta. También podemos encontrar mamitis que se define como el excesivo apego a la madre, pero también la RAE la definió como inflamación de la mama.
Ya vi. Dice la RAE que está en el diccionario de mexicanismos de la Academia Mexicana (que no está en línea). No aparece en el diccionario de español mexicano (el del Colmex). pic.twitter.com/lKvn7M0GY8
— Leonardo Toledo (@leonardotoledo) March 25, 2023
Chido es otra palabra que ya fue aceptada por la RAE y es utilizado como adjetivo calificativo de algo bonito, lindo o agradable; por otra parte, güey o wey, una de las palabras más utilizadas a lo largo y ancho del país, se puede observar en el diccionario y es usada para referirse a una persona, además de inferir que una persona es tonta.
Puto o puta, una de las palabras que más perdidas monetarias le ha causado a la Federación Mexicana de Futbol, es aceptada por la Real Academia de la Lengua Española y se puede utilizar para ponderar (“¡Qué puta suerte tiene!”) y para enfatizar la ausencia o la escasez de algo, además, para referirse a quien ejerce la prostitución o como calificación denigratoria.
Levantar, que detalla en entablar relaciones amorosas o sexuales pasajeras con alguien, así como vale madres y sus derivados como valemadrismo también han logrado ingresar al diccionario debido a su cotidiano uso en nuestra lengua.
#Mexicanismos | "Agüitado"????
— Radio México Intl. (@rmiimer) August 1, 2023
¡Te ves agüitado mano!☹️Este mexicanismo ni la propia RAE encuentra de dónde y cómo surgió, lo que sí sabemos es que es una palabra muy usual entre los mexicanos. Significa "Estar decaído, triste, abatido". pic.twitter.com/F3f4jRzzLV
Este último término del valemadrismo, podríamos pensar que este arraigado a lo mexicano, sin embargo, es una palabra muy utilizada en países como Ecuador, Guatemala, Honduras o Nicaragua, lo que nos demuestra los alcances que tiene la lengua y su impacto en determinados puntos geográficos.
Cada año, la RAE introduce en la memoria de sus computadoras 25 millones de formas del español, no palabras porque no hay tantas, sino realizaciones de las palabras en distintos países. La fuente es escrita (literatura, periodismo, ciencia, medicina, política, economía) y oral (radio, televisión, música); la procedencia es un 70 por ciento de América y un 30 por ciento de España para que predomine el aporte americano, porque es evidente que el español tiene más hablantes en América que en España.
La introducción de una palabra en el diccionario nunca nace de una voluntad individual de un académico, sino que viene después de que la academia acredite testimonialmente que esa palabra ha irrumpido, que tiene un uso en un territorio amplio y con un índice de frecuencia elevado.