Futbolistas cegados por el dinero: ¿y la pasión por el futbol?

Futbolistas cegados por el dinero: ¿y la pasión por el futbol?

Foto: FreePik

Gabri Vega, el futbolista “joya” del Celta de Vigo, con tan solo 21 años acaba de asegurar su traspaso al futbol saudí para jugar con el Al-Ahli. Su fichaje se ha convertido en la bomba del año y le estaría asegurando un salario superior a los 12 millones de euros.

 

El canterano del conjunto comandado por Rafa Benítez percibía un sueldo muy inferior en el Celta de Vigo, aunque no hay datos exactos se habla de que recibía alrededor de 500,000 euros. Su talento con el balón había levantado el interés de varios equipos europeos como el Nápoles, quien era el club con mayor interés y le habría ofrecido un contrato al español por 2.2 millones de euros anuales.

 

Esta es una cifra bastante jugosa para un jugador de su edad, pero Gabri apostó por una seguridad financiera viajando hasta Arabia Saudita. Esta decisión ha generado controversia y figuras como Toni Kroos no dudaron en levantar la voz, pues para el alemán, dicho traspaso es vergonzoso.

 

 

En el deporte del balompié, es complicado asegurar una estabilidad financiera pues no hay nada asegurado, una lesión, la falta de motivación o situaciones de extra cancha pueden hundir carreras de la noche a la mañana, así que la decisión de algunos atletas para buscar el dinero antes de desarrollarse en ligas de alta competencia no es algo nuevo.

 

Uno de los casos que más cejas levantaron, fue el de Karim Benzema quien, tras 14 temporadas con el Real Madrid, decidió abandonar la liga española el año pasado, para arribar a la liga árabe con un contrato de tres años que le estaría asegurando un salario anual de 100 millones de euros.

 

Otro que vivió la misma situación fue Neymar Jr. El crack brasileño fue fichado por Al Hilal por un total de 90 millones de euros y recibirá un salario de 100 millones de dólares por temporada. Aunque el astro tuvo un paso marcado por inconsistencias, se mantuvo dentro de la élite del futbol al jugar para el Paris Saint Germain donde fue compañero de Lionel Messi, quien también terminó emigrando, pero al futbol de Estados Unidos por un jugoso salario, aunque la trayectoria de este jugador habla por sí sola.

 

Por otro lado, podemos encontrar a Nani, un jugador portugués que figuraba como una promesa en Europa pues jugó para equipos de gran calibre como el Manchester United, Valencia o Lazio, aunque no logró consolidar su carrera. Sin embargo, con 33 años, se vio cegado por una oferta de 2,6 millones de euros anuales que le ofrecía el Orlando City de la MLS.

 

 

Un caso similar, fue el de Paulinho mediocampista brasileño que tras una excepcional participación con su selección nacional y siendo goleador del Guangzhou Evergrande fue fichado en 2017 por el Barcelona, llegando como una de las grandes promesas latinas.

 

Pero solo estuvo dentro de la plantilla culé durante una temporada para luego migrar a China, donde le ofrecieron 18,5 millones de euros por temporada. Aunque dos años más tarde, reportaba 22 goles en la temporada regular de su liga, quedó en el olvido.

 

Otro brasileño y mediocampista con la misma desdicha, fue Oscar, quien gracias a su calidad de juego fue fichado por el Chelsea, demostrando tener un gran potencial para jugar en ligas de élite, pero de acuerdo a sus propias declaraciones prefirió ver por el futuro de su familia antes de jugar en un club grande.

 

 

Con esto en mente, fue fichado por el Shanghai SIPG quien pagó al Chelsea la cantidad de 65 millones de euros y le ofreció un salario al brasileño de 19 millones de euros por temporada, algo que pocos clubes en el mundo pueden comparar.

 

Aunque las razones para fichar por clubes con jugosos contratos pueden ser diversas, lo cierto es que el 80% de las estrellas del deporte acaba en quiebra, de acuerdo con un análisis de la revista Sports Illustrated donde se indica que el desconocimiento de los temas económicos suelen ser la clave de la quiebra de los jugadores.

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