De manera seria, sensible y responsable exigimos la remoción de Rodolfo Vilchis Noriega encargado de despacho de la Subprocuraduría de Recursos Naturales de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) porque ha sido el responsable directo de la muerte de trabajadores y de animales, de acoso laboral y recientemente de las graves lesiones sufridas por una inspectora de dicho órgano desconcentrado de la SEMARNAT.
Tras el comunicado que emitimos este martes 8 de agosto denunciando el grave incidente sufrido por una inspectora al tratar de revisar a un tigre de bengala en García, Nuevo León, trabajadores de la propia Procuraduría cuyos nombres no podemos revelar por su seguridad y protección, nos informaron que la visita realizada a la Quinta Santa Rita Exotic Park estuvo a cargo la joven veterinaria pasante no titulada que solo lleva cuatro meses laborando en la Procuraduría y que nunca habían salido a hacer una inspección.
Acudió a dicha misión en compañía de un abogado con solo un año de experiencia por instrucción del propio Vilchis quien les indicó que por ningún motivo podían pedir apoyo a la oficina de representación y que ellos se hicieran cargo de la inspección y de la lectura de chips de los animales silvestres, a sabiendas de que no tenían ninguna experiencia en campo.
El Presidente de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM), Ernesto Zazueta, enfatizó que una vez más Vilchis Noriega por ignorante, insensible o negligente puso en riesgo la vida de una trabajadora. Recalcó que el funcionario no entiende que no cualquiera puede hacer manejo de ejemplares de vida silvestre, es una labor muy delicada para lo que se requiere no sólo mucho conocimiento sino mucha experiencia.
“Ahora sabemos, por trabajadores de la propia PROFEPA, que la instrucción de Vilchis fue asegurar a los ejemplares y sacarlos de ahí ‘fuera como fuera’, con personal sin experiencia, sin materiales, sin equipo y sin apoyo. Por si fuera poco, tras del incidente hasta al día de hoy el funcionario no ha contestado su teléfono ni se ha querido dar por enterado de las graves lesiones que sufrió la inspectora”.
“La joven veterinaria tuvo que ser atendida en una clínica privada por la inmediatez requerida, pero evidentemente para poder sacarla y trasladarla a una clínica del ISSSTE era necesario hacer el pago, pero ni ella ni su familia tenían el dinero suficiente, por lo que en la oficina sus compañeros hicieron una cooperación y así la pudieron dar de alta. Vilchis ni sus luces, lo que le sucedió a sus trabajadores le dio exactamente igual a él y a todas las autoridades, la única instrucción que dio fue que otros inspectores regresaran a la finca a concluir el acta y, con cualquier pretexto, clausurar las instalaciones”.