Con el apogeo de la tecnología, en los últimos años el uso de las redes sociales entre jóvenes ha crecido un 11.1 % a nivel global de acuerdo con el estudio “Del cambio a la adaptación: viviendo y aprendiendo en un mundo digital” elaborado por la plataforma Qustodio. Esta tendencia en el consumo digital se ha acompañado de diversos cuestionamientos como las repercusiones en la calidad de vida, así como la idealización de la figura digital, alejada de los estándares de la realidad.
Aunque entre los jóvenes, la idea de vivir sin redes sociales puede sonar contraproducente, la verdad es que podemos encontrar más beneficios que contras. Desde una mejora en la concentración hasta una disminución del estrés o la ansiedad.
En un sondeo hecho a jóvenes universitarios, sobre la posibilidad de vivir sin redes sociales, ninguno se mostró a favor de esta medida, aunque algunos destacaron que sí han intentado tener lapsos de abstinencia, donde han mostrado una mejoría en su concentración y en la conciliación del sueño.
Sin embargo, la mayoría de los universitarios indicaron encontrar más beneficios en el uso diario, como el tener una mejor comunicación con familiares y amigos, así como pueden mantenerse al tanto de la información y tendencias en el mundo.
De acuerdo con expertos, los principales motivos para no usar las redes sociales son la falta de interés, la falta de tiempo y la protección de la privacidad. En este sentido, está más que claro que el exponerse a la realidad digital, no solo comprometes tu imagen, si no, también te obliga a construir una personalidad digital, la cual muchas veces está influenciada en estándares sociales, por tanto, lo que sueles ver en redes sociales está muy alejado de lo que pasa en la realidad.
En España, un 85 % de los internautas de entre 16 y 70 años utilizan las redes sociales, lo que representa cerca de 27 millones de individuos, según el último informe de IAB Spain. En este contexto, se destaca que al prescindir de redes sociales los jóvenes se ahorran la ansiedad de compararse constantemente con los otros.
Los encuestados por IAB que rechazaron tener redes sociales aseguraron que, al carecer de conectividad digital, no se pierden de información o de interacciones ya que priorizan tener relaciones y experiencias de mayor calidad.
Esta es una característica de la tendencia del minimalismo emocional una práctica que, ante un mundo acelerado y lleno de estímulo, quiere reducir el consumo y la acumulación de cosas innecesarias para enfocarse en nuestras vidas.
Por otro lado, estudios sobre el uso de los celulares vinculan al alto índice de problemas de salud mental de la generación Z con el uso de las redes sociales y en general del internet. Una de las características más alarmantes y que para varios expertos, sugieren un comportamiento adictivo, es que, al despertar lo primero que hagas es revisar tu celular.
De acuerdo con la profesora estadounidense de sicología, Jean Twenge, autora del libro iGen, pasar menos tiempo de forma física con las personas y estar más horas frente a la pantalla hace que los jóvenes de hoy experimenten sensaciones más profundas de soledad, tristeza y aislamiento.
Pero el uso de redes sociales, como tal no es perjudicial, pues como se menciona al inicio del artículo, nos ayuda a mantenernos en comunicación con personas lejanas, así como puede ampliar nuestro círculo y proveernos de información inmediata.
Para lograr un mejor desempeño, puedes intentar llevar un horario o agenda y limitar tus interacciones con las plataformas, inclusive algunas apps como YouTube o Instagram ya cuentan con una opción para monitorear tu tiempo de actividad y te dan la posibilidad de limitar el acceso a determinadas horas del día o tras cierto lapso de tiempo.