¿Estás de malas por tener tiempo libre? Sufres el síndrome del ocio

¿Estás de malas por tener tiempo libre? Sufres el síndrome del ocio

Foto: FreePik

Las vacaciones de verano, la pausa de fin de año e incluso los días de descanso en fin de semana pueden llegar a ser motivo de felicidad para muchas personas, pero para muchas otras es un detonante de ansiedad y estrés.

 

Aunque no se trata de una enfermedad, trastorno o diagnóstico aceptado por la medicina, durante los últimos años la práctica clínica ha permitido detectar afectaciones en las personas denominadas enfermedad del ocio.

 

Esta enfermedad o síndrome, como se dijo previamente, no puede ser catalogada como un trastorno psicológico, pero involucra una serie de síntomas que afectan a la salud y la calidad de vida de todas las personas que lo padecen, así como de su entorno.

 

Una de las principales características para identificar esta alteración es cuando a las personas les provoca angustia tener tiempo libre, por lo que la simple idea de pensar que tendrán espacio para el ocio puede provocar angustia, enojo, depresión o trastornos del sueño.

 

 

Pero además de este tipo de síntomas psicológicos, las personas con este tipo de alteración desarrollan síntomas psicosomáticos como gripafiebre, diarrea o vómito, por lo que se trata de afecciones que deben ser tratadas y atendidas tanto a nivel físico como mental.

 

Algunos ejemplos pueden ser las personas que durante el fin de semana o los días que no tienen que acudir al trabajo, se sienten agotados, irritables o incluso son incapaces de generar planes para su tiempo de ocio.

 

En los casos más graves, los pacientes desarrollan cuadros de ansiedad y hasta síntomas de enfermedades gastrointestinales o de vías respiratorias, las cuales desaparecen cuando nuevamente se reintegra a su rutina habitual.

 

Los especialistas de la medicina que defienden la existencia de la enfermedad o el trastorno del ocio consideran que generalmente las personas que están diagnosticadas o tienen rasgos obsesivos compulsivos o perfeccionistas son los más propensos a desarrollarla.

 

Y es que se trata de un rasgo asociado principalmente a las personas que necesitan tener el control de todas sus acciones, por lo que un cambio en su rutina o tener tiempo en el cual no tengan una rutina estructurada, genera ansiedad.

 

También se ha encontrado un importante desarrollo de este tipo de trastorno en las personas que llegan a la jubilación y que no tienen que volver a trabajar, por lo que adquieren comportamientos adictivos o incluso sufren afectaciones mentales que los pueden llevar hasta el suicidio.

 

Tomando en cuenta lo anterior, los defensores de la existencia de la enfermedad del ocio consideran que se trata de un tema grave, pues la sociedad actual incluso recompensa aquellas personas que son adictas al trabajo y que son las más propensas a desarrollar este tipo de afecciones.

 

Ya que se trata de una afección más cercana a lo mental, los especialistas aseguran que una manera de prevenir o disminuir los riesgos es enseñar a los niños o adolescentes a diversificar sus actividades desde la etapa escolar.

 

En el caso de los menores que no trabajan, es necesario mostrarles otro tipo de actividades igualmente productivas además de ir a la escuela; en tanto que los adolescentes o adultos jóvenes que empiezan en el mundo laboral, deben de priorizar un equilibrio entre el trabajo, la familia y la recreación.

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