Estamos a menos de un mes de que inicie un nuevo ciclo escolar en México y las primeras preocupaciones sobre los materiales educativos para los menores de primaria son los nuevos libros de texto. Muchos padres de familia han externado su rechazo, alegando que los nuevos textos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) son deficientes e incluyen temas no aptos para los menores.
En entrevista para Imagen Poblana, la docente de primaria Elizabeth de la Cruz comentó que la nueva modalidad de educación que pretende la Nueva Escuela Mexicana (NEM) es preocupante porque no se les ha preparado para ella. De igual forma, los nuevos textos contienen temáticas e ideologías que podrían no ser adecuadas para niños de ciertas edades.
Lo primero que aclaró es que, a ellos como docentes, todavía no les han dado la oportunidad de consultar los libros directamente, y no prevén que sea diferente hasta mediados de septiembre. Asimismo, señaló que el problema no está solamente en los libros, sino en el nuevo programa que se pretende instaurar.
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En este, explicó, ahora ya no se tienen materias propiamente como en otros años, entiéndase español, matemáticas, ciencias o historia, sino que se han cambiado por “Campos Formativos” y los modos de evaluación ahora se conocen como “Proyectos”. De igual forma, en la última semana se han dedicado a conocer la normativa, pero resulta complicado aprender un nuevo sistema en tan poco tiempo.
“No nos han preparado para trabajar con proyectos; todo el ciclo escolar se fue conociendo el programa. Nosotros como docentes tenemos que estar analizando el programa, pero en sí, no tenemos certeza del trabajo por proyectos. Esto nos conflictúa como maestros y estamos preocupados por esa situación”, sentenció.
Las materias convencionales, matemáticas, geografía, ciencias naturales, español, etc., ahora se incluyen en un solo material denominado “Nuestros Saberes”. Sobre esto, nuestra entrevistada afirmó que podría ser contraproducente por juntar demasiadas áreas en un solo proyecto sin tomar en cuenta los Procesos de Desarrollo de Aprendizaje (PDA).
Esto se debe a que los proyectos finales deben ser transversales, es decir, abarcar varios campos formativos en uno solo, por lo que se deben adecuar, aunque las materias no se presten para tal situación.
Una de las mayores controversias se dio porque se requiere la elaboración de ciertos materiales, como maquetas de la eyaculación masculina y la menstruación, aunque para Elizabeth esto no es del todo malo. Sostuvo que esto es algo que muchas veces no se aborda correctamente por los padres de familia ni por docentes, por lo que muchos menores terminan por conocer estos procesos biológicos naturales en internet o con personas que no lo explican correctamente.
“Sí es importante tocar esos temas con los niños, pues en la actualidad a veces saben cosas que nosotros pensamos que no van a saber. Es guiarlos porque a veces toman ejemplos de internet u personas mayores y, lejos de que los orienten, los tienen mal informados”, aseveró Elizabeth.
La carga ideológica y el adoctrinamiento es notable, lo que a su vez preocupa tanto a los expertos en educación, como a los padres de familia, quienes crearon una petición en Change.org para que se detenga la difusión de los textos. La docente mencionó que este tipo de planteamientos es inadecuado para la mayoría de los estudiantes, ya que los niños de primaria no están preparados para estas temáticas y solo generan confusión.
Algo que se intenta introducir son lecciones de supuesta inclusión, pero en realidad se están enfocando más a las diferentes orientaciones sexuales. Aseguró que los tópicos como el llamado lenguaje inclusivo (todos, todas, todes y similares) y la ilustración de familias homoparentales son introducidos para niños que sin estar preparados para ello.
Si bien, afirmó que son cuestiones que merecen respeto y no es completamente una mala idea empezar a adentrar a los alumnos, preferentemente de sexto año, en ciertas ideologías, lo ideal sería dejar de lado estos temas para otros grados más avanzados, no para niños que apenas se están conociendo.
Por último, lamentó que no se haya tomado en cuenta a los profesores para la elaboración de los nuevos libros y programas y, en cambio, se diera preferencia a “expertos” que no saben cómo se da el desarrollo de las clases en las aulas.
“Sí está bien la forma de trabajar de la NEM, pero sentimos que nos aventaron y todavía nos falta más a nosotros para poder trabajar con este nuevo programa”, finalizó Elizabeth.
