En los últimos días, a través de redes sociales, se han hecho virales algunos casos en que personas deciden enfrentar a delincuentes para frustrar un asalto y defender su patrimonio; sin embargo, estas situaciones no siempre salen de forma favorable para la víctima y tienen un desenlace fatal.
Pero a pesar de las recomendaciones, generalmente nadie está preparado para enfrentar un asalto y muchas veces el ímpetu, la impotencia y hasta la adrenalina provocan que las personas reaccionen de manera distinta ante un hecho delictivo.
Por ese motivo, en Imagen Poblana decidimos conocer un poco sobre cómo las personas piensan que reaccionarían ante un asalto, si han sido víctimas de algún delito o si conocen las recomendaciones básicas para enfrentar una situación de este tipo.
Me han asaltado, pero no me resistí
Carlos es el ejemplo más común, según estadísticas de incidencia delictiva, y es que él sí ha sido víctima de un asalto en la vía pública, pero como ocurre en la mayoría de los casos, no opuso resistencia y decidió colaborar con los delincuentes.
"Hace como medio año, iba caminando y se me acercaron por detrás y me pidieron que sacara mis cosas de valor, solo llevaba mi teléfono y para no pasar a mayores lo di para evitar cualquier problema", expuso Carlos.
Recuerda que en ningún momento le pasó por su mente poner resistencia, ya que los delincuentes iban armados con un cuchillo o navaja, por lo que considera que si él hubiera querido defender su patrimonio o poner cualquier tipo de resistencia, habría quedado expuesto a una agresión.
Desde su experiencia personal, considera que es mejor hacer lo que los delincuentes están pidiendo en un momento de presión, pues no solo la víctima atraviesa por un momento tenso, sino también los delincuentes que únicamente piensan en huir con lo robado sin ser atrapados.
Me asaltaron y traté de impedirlo
Jaime es uno de los ejemplos de los casos que recientemente se han viralizado en que la gente busca confrontar a los delincuentes, defender o recuperar su patrimonio, sin importar que su integridad se ponga en riesgo.
En entrevista con este medio, explica que el año pasado fue víctima de la delincuencia mientras estaba en el Bulevar Carmelitas, donde dos sujetos a bordo de una motocicleta y que aparentaban ser repartidores de comida lo despojaron de su teléfono celular.
En su ímpetu por recuperar su teléfono e inundado por la adrenalina del momento, Jaime comenzó a perseguir a los delincuentes cuando se metieron en una calle circulando en sentido contrario, incluso recuerda que un automovilista le ofreció ayuda.
"Pasa un vehículo particular y me dicen que si me podían ayudar entonces les digo que la manera en que me podían ayudar era persiguiendo a los de la moto, me meto sin deberla ni temerla y me subo al vehículo, a pesar de que era un extraño, lo abordo, en ese momento no estoy consciente del riesgo de subirme al vehículo de un extraño", recuerda Jaime.
Pero a pesar del apoyo del automovilista, que afortunadamente sí buscaba ayudarlo de buena fe, no logró alcanzar a los asaltantes y perdió su celular, en una serie de decisiones que pudieran tener un desenlace fatal o desagradable para la víctima, que en ese momento no estaba consciente de lo que pasaba.
¿Cómo reaccionar en estos casos?
Finalmente, encontramos el caso de Raúl, quien a diferencia de Carlos no ha sido víctima de un asalto y contrario a lo que hizo Jaime, no piensa que sea una buena opción confrontar o perseguir a los delincuentes.
Raúl dice que afortunadamente no ha tenido que vivir por una mala experiencia como un asalto, pero que en caso de verse bajo estas circunstancias no enfrentaría a los delincuentes y entregaría todas las pertenencias que le pidan.
Es justamente este tipo de pensamiento que ayudan en un momento de crisis, pues hay que tomar en cuenta que salir de una situación de riesgo como un asalto a mano armada, depende de muchos factores.
Corporaciones de seguridad pública y especialistas en incidencia delictiva afirman que nunca se debe de confrontar a un asaltante, sin importar que esté armado o no, ya que finalmente la víctima tiene la adrenalina en contra.
En el mejor de los casos, el delincuente únicamente se hará del botín y se dará la fuga sin lesionar a la víctima, pero si por alguna razón enfrenta alguna situación que altere sus planes, podría reaccionar de mala manera y lesionar a su víctima.
Aunque resulta complicado predecir la forma en la cual reaccionaremos, a pesar de estar conscientes de los peligros, los especialistas consideran que la mejor forma es actuar de la manera fluida y rápida posible, es decir, no titubear al momento de entregar nuestras pertenencias de valor.
Mientras más rápido se ejecute el asalto, más probabilidades hay de qué la víctima resulte ilesa.