Los escépticos de los carros eléctricos argumentaban con frecuencia que la fabricación y el desecho de esos coches, así como el carbón para la electricidad que los alimenta, hacen que los coches de batería tengan una mayor huella de carbono que los tradicionales, aunque hasta el momento escasearon los estudios que tratasen de cuestionar esta idea.
El Manhattan Institute elaboró un informe exhaustivo en el que se comparan las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de los vehículos eléctricos de batería (BEV, por sus siglas en inglés) con las de los coches con motor de combustión interna (ICE, por sus siglas en inglés), teniendo en cuenta decenas de parámetros y datos.
Las emisiones de los vehículos se dividen en dos categorías generales: contaminantes atmosféricos, que contribuyen a los problemas de salud, y gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el metano.
El estudio indica que el potencial de emisión de gases de efecto invernadero de los BEV es significativamente superior al de los ICE, debido principalmente a la diferencia mucho mayor de contaminantes en la fase de fabricación (extracción+producción) de los vehículos eléctricos. Estas diferencias son tales que los BEV más sucios pueden tener más del doble de emisiones que los motores de combustión interna más limpios.
Conforme a otro estudio, realizado por la Universidad de Michigan, las emisiones de operación medias de las berlinas BEV son aproximadamente el 35% de las emisiones de un análogo de combustión interna; los coches utilitarios deportivos eléctricos producen alrededor del 37% de las contaminantes de un modelo de gasolina, mientras que las camionetas BEV generan cerca del 34% de las emisiones de un carro de ICE.
Los vehículos totalmente eléctricos, los coches eléctricos híbridos enchufables y los carros eléctricos híbridos producen menos emisiones de escape que los de ICE, y cero emisiones de escape cuando funcionan solo con electricidad, no obstante, la producción de electricidad puede liberar contaminantes dependiendo de cómo se genere la electricidad.
Así, de acuerdo con Greg Keoleian, el director del Centro de Sistemas Sostenibles de la Universidad de Michigan, 78 de los 3.143 condados de Estados Unidos tienen más emisiones procedentes de las berlinas eléctricas que de los de ICE porque generan la mayor parte de su electricidad quemando carbón.
Sin embargo, los científicos encontraron una forma de resolver este problema, que consiste en una nueva tecnología de extracción directa del litio necesario para la fabricación de las baterías para esta clase de vehículos.
Los analistas afirman que ese nuevo método podría cambiar el sector para siempre y aumentar significativamente el suministro de litio a partir de proyectos de salmuera, como ha ocurrido con la tecnología del petróleo de esquisto. El Servicio Geológico de Estados Unidos estima que la explotación de las salmueras saladas situadas en América del Sur, Norteamérica, Europa, Asia y otros lugares permitirá descubrir el 70% de las reservas mundiales del metal.
Gracias a ello, se podría suministrar litio para baterías de vehículos eléctricos literalmente en cuestión de horas o días, mucho más rápido que los 12-18 meses que hay que filtrar para poder extraer carbonato de litio de estanques de evaporación y minas a cielo abierto, que consumen mucha agua.
Se espera que estos métodos de extracción directa se introduzcan de manera industrial en 2025, y podrían proporcionar el 13% del suministro global de litio para 2030, reporta el portal OilPrice.