Los días pasan y las “corcholatas” de Morena siguen en sus recorridos por el país, haciendo campaña e incluso contra las normas del INE, desplegando propuestas de gobierno. Uno de estos planes fue presentado ayer por el excanciller Marcelo Ebrard, un sistema de máxima vigilancia para abonar a la “seguridad” de México.
No tardó mucho tiempo para que este proyecto, llamado "Sistema Á.N.G.E.L", fuera criticado por la gente, ya que se centra en estigmatizar a la población por cosas tan simples como la forma de caminar y la extrema invasión a las personas cuando transiten por la calle analizando los rostros, más el uso de tecnologías, como drones, para la persecución vía aérea.
A la par, también comenzaron las comparaciones con distintos medios de entretenimiento que han exhibido por qué este tipo de sistemas no funcionan y generan más daños que beneficio. En estas obras se han creado futuros distópicos que demuestran que el uso desmedido de tecnología para tareas de seguridad no resulta tan bien como se piensa.
Un ejemplo de ello es un clásico de la literatura, la novela distópica "1984". Este libro publicado en 1949, escrito por Eric Arthur Blair, conocido como George Orwell, se dio después de la Segunda Guerra Mundial y en él se retrata una época marcada por regímenes autoritarios que basan su poder en la constante y extrema vigilancia de los ciudadanos. Todos están obligados a rendirle pleitesía al “Gran Hermano”.
Con cámaras colocadas en cada rincón de la ciudad, incluyendo las casas y habitaciones individuales, se controla el comportamiento y lo que dicen de las personas, esto con el fin de detectar la más pequeña anomalía y, con esto, desaparecer a la gente. En esencia, “1984” aborda un gobierno totalitario que busca la sumisión de todos sus subordinados para así también controlar sus pensamientos y su voluntad, todo gracias a mantenerse siempre vigilando.
El uso de las tecnología e inteligencia suprema para detectar delincuentes o posibles infractores de la ley es algo que se ha retratado en distintas artes, incluyendo el cine. Una película que utiliza un sistema de última generación para tareas de seguridad es “Minority report” (Steven Spielberg, 2002). En esta, tres personas viven recluidas y conectadas a una máquina para dar imágenes que predicen delitos con unos minutos de antelación, lo que da tiempo de evitarlos y detener a los posibles delincuentes.
Gracias a esto, se da una predicción sobre un policía que cometerá un asesinato, por lo que tienen que averiguar cuándo y cómo sucederá este hecho. En el proceso se dan cuenta de que el sistema tan avanzado y que se destina para la seguridad ha sido corrompido y usado para fines de una sola persona.
Luego del anuncio de Marcelo Ebrard muchas personas acusaron que esto podría ser un peligro, ya que existe la posibilidad de que en los cuerpos policiales se infiltre alguien del crimen organizado. Además, ya se han creado algoritmos similares que, supuestamente, sirven para detectar delitos antes de que sucedan, esto en la Universidad de Chicago, algo que despertó debates éticos y morales.
La serie de Netflix “Black Mirror” se basa principalmente en los riesgos de la tecnología y su uso desmedido, por lo que también han empleado el argumento de la híper vigilancia. El capítulo “Blanca Navidad” de la segunda temporada gira en torno a dos personas que conversan en una cabaña, incapaces de salir por la helada de afuera.
A medida que avanza la trama se muestra que la intención real de encuentro entre ambos es que uno de ellos hable sobre un delito que cometió, aunque el otro personaje también está ahí por razones similares. Cuando se asoma el final, se abre el panorama y se detalla como todo es una estrategia policiaca para entrar en la mente de las personas con el fin de que confiesen sus actos. Una vez más, las tecnologías de supervisión son el elemento clave en esta serie.
Finalmente, otra obra literaria que habla sobre esta vertiente sin recurrir a la ficción es el libro “La era del capitalismo de vigilancia”, escrito por la socióloga Shoshana Zuboff en 2018. En este texto se explica la manera en que las grandes empresas de tecnología, principalmente de Silicon Valley, utilizan los datos que recopilan de la experiencia humana gracias a la observación y la usan para tratar de modificar el comportamiento de las personas y, a su vez, tratan de predecir el actuar de la gente.
Uno de los máximos riesgos que se enlistan es la facilidad con la que los avances tecnológicos dan facilidad de extraer los datos masivamente sin oposición y se pueden comerciar como si de otro tipo de artículos se tratase.