Ya es julio del 2023 y claramente para la mayoría de las personas el Covid-19 no es un tema de mayor relevancia, toda vez que los contagios siguen bajando en todo el mundo. No obstante, hace exactamente dos años en Cuba se aprobó la vacuna "Abdala", el primer fármaco contra el coronavirus patentado en un país latinoamericano.
Fue exactamente el 9 de julio cuando el Centro para el Control Estatal de Medicamentos aprobó el biológico para su uso de emergencia en la isla, asegurando que tiene 90 % de efectividad. Fue noticia porque la mayoría de las vacunas fue creada en países más desarrollados como Estados Unidos, Inglaterra, China, Rusia o Alemania.
Incluso, en Latinoamérica, hay países que también anunciaron sus propias vacunas y aun así fueron rebasados por los desarrolladores cubanos. ¿A qué se debe que Cuba haya concluido tan rápido su vacuna?
El sistema de salud de Cuba prioriza que esto sea otorgado como un derecho primordial administrado por el estado, centrándose en la prevención de enfermedades y la promoción de la salud. A esto se suma que, por décadas, debido a las restricciones que limitan el comercio de la isla, se han encargado de desarrollar y fabricar sus propios medicamentos, y durante la pandemia no fue la excepción, ya que avisaron desde el primer momento que no importarían fármacos.
La empresa cubana encargada de hacerla fue el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), un centro financiado por el estado y que se enfoca en biotecnología. Gracias al apoyo del gobierno es que el país pudo prosperar, no solo con una, sino con tres vacunas. Las otras dos fueron la “Soberana 02” y la “Soberana Plus”.
Al inicio, la vacuna generó polémica por la falta de información concreta, pues la Organización Mundial de la Salud (OMS) no emitía dictamen sobre su eficacia y seguridad. Pese a esto, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) la autorizó para uso de emergencia en México y se adquirieron nueve millones de dosis.
Cuba no fue el único país de la región que se encargó de hacer su propia vacuna, ya que en América Latina múltiples países también pusieron a trabajar a sus científicos para tener sus biológicos sin necesidad de importarlos de los laboratorios extranjeros como Pfizer, Johnson & Johnson y Cansino.
A finales del 2021, en México el entonces Conacyt informó que se buscaría desarrollar una vacuna contra el Covid, la llamada “Patria”. El medicamento se ha trabajado en colaboración con el laboratorio Avimex, pero a casi dos años de esto aún no se ha concluido por completo y todavía no se sabe con exactitud cuándo será aplicable.
En abril de 2022, la titular del Conacyt, ahora Conahcyt, Elena Álvarez-Buylla Roces, explicó que no se podía terminar porque, al haber más avances en inoculación con otras marcas, los sujetos de prueba no eran aptos para los ensayos clínicos.
En mayo de este año, Buylla Roces aseguró que la vacuna estaba lista de acuerdo con los lineamientos que pide la OMS para aplicarse como refuerzo; no obstante, aún no recibe aprobación de dicha organización y las primeras dosis, aproximadamente cuatro millones, empezarían a administrarse entre agosto o diciembre.
Cuba, un país con grandes limitaciones, superó en gran medida a México en la producción de una vacuna propia. Al parecer, en México, en lugar de ciencia priva el burocratismo y no hay para cuándo haya vacuna Patria.