El patriotismo es un pensamiento que vincula ideológica y culturalmente a un individuo con su patria, siendo un concepto arraigado en la sociedad durante siglos. Estados Unidos es un ejemplo de esta práctica ya que, cada 4 de julio, los ciudadanos festejan a lo grande su independencia. Sin embargo, en todo el mundo las nuevas generaciones parecen ser cada vez más ajenas al amor por su propio país.
Una reciente encuesta de la empresa de inteligencia comercial, Morning Consult en el país del norte, indica que solo el 16% de los jóvenes consultados de entre 18 a 25 años, llamados Generación Z, aceptaron estar orgullosos de vivir en los Estados Unidos. En contraste, el 73% de los Baby Boomers señalaron estar orgullosos.
Estos datos suponen un cambio radical de paradigmas, si tomamos en cuenta que la cultura de la Unión Americana ha estado fuertemente influenciada por el excepcionalísimo estadounidense, una creencia coloca al país del norte por encima de otros gracias a sus valores, sistema político e historia, pero el escenario parece estar cambiando.
Este fenómeno va variando de país en país, por ejemplo, en México, también contamos con un día de celebración patriótica, representado en la noche del 15 de septiembre, pero en años recientes, diversas figuras han acusado de una falta de patriotismo, principalmente por la carencia de una formación cívica dentro de los programas de educación pública.
En el país, el patriotismo se suele entender como la manifestación de valores claros y bien fundamentados que desarrollamos como ciudadanos conscientes y se aprecian en el buen trabajo, conducta correcta, buenos modales, respeto a las normas y costumbres, demostrando tener siempre una actitud recta y transparente, aunque este concepto puede ser tomado como un patriotismo institucionalizado.
En países como España, se vive una situación bastante similar. El español, Juan Pablo Fusi Aizpurúa, especialista en el siglo XX y estudioso del nacionalismo, señalaba desde 2016 en una entrevista para el portal El Mundo que, patria y patriotismo, a las actuales generaciones, les parecen palabras retóricas, pomposas, artificiosas.
Sin embargo, también explica que la patria no es sino la circunstancia, el entorno territorial en el que uno ha nacido y cuya lengua, historia, cultura y otros elementos hacen que podamos comprender mejor nuestro origen. Por otro lado, el patriotismo no es sino la consecuencia de nuestro afecto a ese entorno, de nuestra responsabilidad por mantenerlo y mejorarlo, de nuestro compromiso con lo colectivo cercano.
Los datos de Morning Consult mostraron que eventos como la pandemia de COVID-19, las constantes protestas por desigualdades sociales, así como la interconexión gracias a internet, están dejando una huella en el pensamiento de la generación entrante al concepto de vida adulta.
Há se o nosso Brasil recuperasse o patriotismo, salvaríamos o nosso futuro e a nossa geração! pic.twitter.com/sAPMHVOeU5
— Pr Alex Moreira ???????????????????????? (@PrAlexMoreira76) July 3, 2023
Asimismo, señala que las experiencias vividas por la Generación Z en los últimos años pueden explicar esta falta de confianza en las diversas estructuras del sistema de gobierno, como lo es el sistema de justicia penal, los sistemas de atención médica, la policía, el ejército, la educación pública y la comunidad científica. De esta forma, se da paso a una diferencia de pensamientos, arraigada principalmente al contexto social de desarrollo.
Bajo este escenario, las ideologías del patriotismo también se remiten a las facciones políticas ya que, una encuesta de Gallup, efectuada con la Universidad de Bentley, encontró que las personas de 18 a 29 años tenían el mayor apoyo para que las empresas tomaran posturas públicas sobre eventos y problemas actuales. En contraste, los demócratas políticos son más propensos que sus contrapartes republicanas a apoyar la participación empresarial.
A medida que la sociedad continúa evolucionando, es fundamental comprender las razones detrás de los cambios en las actitudes y valores de las nuevas generaciones. El patriotismo y la confianza en las instituciones pueden ser aspectos en los que se requiere un mayor diálogo y esfuerzo por parte de líderes y comunidades para promover el compromiso cívico y fortalecer la confianza en las instituciones que sustentan la democracia.