Falta de lluvias, el reto climático que avanza en México

Falta de lluvias, el reto climático que avanza en México

Foto: Enfoque

El país entero acaba de superar la tercera ola de calor que provocó temperaturas por arriba de los 40º C pero las repercusiones no paran ahí, pues en lo que va del año la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ya ha reportado un 20.1% menos de lluvia en el territorio nacional. Esta situación ha afectado principalmente a estados del norte y algunas regiones del sur, donde predominan climas tropicales. 

 

De acuerdo con el reporte de Conagua, entre el 1 de enero y el 11 de junio las condiciones climáticas y de abastecimiento de las grandes presas del país, indicaron precipitaciones equivalentes a 115.8 milímetros (mm), lo que significó un déficit de 29.1 mm en comparación con el mismo promedio, pero de años pasados donde la precipitación mínima había llegado a los 144.9 mm. 

 

Estados como Chihuahua, Sinaloa, Nayarit, Michoacán, Guerrero y la Península de Yucatán han sido los más afectados por la prevaleciente ola de calor, pues algunas regiones de estas demarcaciones registraron hasta 45.7 º C de temperatura

 

Gracias a este escenario, la escasez de lluvias se convierte en un problema de gran impacto para el medioambiente ,la agricultura, el suministro de agua y la calidad de vida de la población. En este rubro, también debemos tomar en cuenta la situación de sequía, que ha afectado principalmente a los estados de Guerrero, Morelos, Oaxaca, Puebla, Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila. 

 

Y es que, la actualización más reciente del Monitor de Sequía en México, correspondiente al 15 de marzo de 2023, señala que el 74.5% de la superficie del país presenta niveles anormalmente secos o con algún grado de sequía; mientras que el 51% presenta sequía de moderada a extrema; y solo el 25.5% del territorio no presenta afectaciones. 

 

 

Dicho monitor, también indica que, en total, 1,295 municipios del país sufren de sequía; 724 tienen condiciones anormalmente secas, es decir, sin llegar a la sequía y solo 452 están sin afectación. 

 

Repercusiones de la falta de lluvias 

 

La falta de lluvias en estos estados ha generado diversas consecuencias que afectan tanto al medioambiente como a la sociedad en general. En primer lugar, la escasez de agua provoca problemas en el suministro para uso doméstico, agrícola e industrial. La falta de agua potable se convierte en una preocupación constante, y las comunidades dependen cada vez más de pozos profundos y sistemas de distribución limitados. 

 

En el ámbito agrícola, la sequía afecta negativamente los cultivos y la producción de alimentos. Los agricultores se ven obligados a lidiar con la escasez de agua para el riego, lo que disminuye la calidad y la cantidad de los productos. La falta de lluvias también aumenta el riesgo de incendios forestales, que pueden destruir vastas áreas naturales y comprometer la biodiversidad. 

 

Además, las sequías prolongadas tienen un impacto en los ecosistemas locales. Los cuerpos de agua se secan, los suelos se vuelven más áridos y los ecosistemas acuáticos y terrestres se ven amenazados. La falta de lluvias también contribuye a la desertificación, lo que implica una pérdida irreversible de tierras productivas y biodiversidad. 

 

En términos de la población, la falta de lluvias tiene repercusiones en la salud y el bienestar de las personas. La escasez de agua potable puede aumentar el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, como la diarrea y otras infecciones. Además, la falta de agua puede afectar la higiene personal, la limpieza y la calidad de vida en general. 

 

Ante esta situación, es crucial que se implementen medidas para hacer frente a la escasez de lluvias y mitigar sus efectos. Es necesario promover prácticas de conservación del agua, fomentar la reforestación y el manejo sustentable de los recursos hídricos, así como mejorar la infraestructura y la tecnología para el suministro de agua, pues las presas del país también presentan niveles críticos, de ejemplo tenemos el sistema Cutzamala, el cual es alimentado a través de tres presas: Valle de Bravo, El Bosque y Villa Victoria, que a la fecha solo almacenan el 49.9% de su capacidad total lo que se traduce en una situación crítica de abastecimiento.

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