Ahora resulta que Acnur el alto comisionado de la ONU para refugiados, quiere dejar plantado que nuestro país es destino y no país de paso de migrantes. Los que según el organismo lo consideran el plan B. Ignorado el concepto de soberanía de nuestro país, tanto Acnur como los migrantes que tienen esa concepción, están metiéndose en nuestra vida interna. Es el país el que debe decidir su vida y su futuro y los problemas que tiene México son enormes, como para dar refugio permanente a personas que huyen de sus países. La solidaridad de nuestro país como entorno generoso y respetuoso que siempre ha sido, es mal calificado por el organismo internacional, cuyas fallas han sido notorias. Y lo comprobamos por las muertes que a nivel mundial se ven casi a diario, de migrantes que buscan refugio. ¿Cuál ha sido el verdadero papel de la ONU para hallar solución al problema, como no sea estar a la expectativa y dar opiniones de permanencia que le convienen como ahora con México? Con eso se quiere quitar de encima el problema.
LA ONU DEBERÍA BUSCAR LA SOLUCIÓN LOCAL DE LOS PAÍSES EXPULSORES
La migración siempre va a ser permanente, es un principio y debido a eso, la ONU debería de tener esquemas permanentes para apoyar esas migraciones y hallar solución. Pero lo principal es arraigar a la gente a sus países, buscando la forma de que tengan recursos y seguridad. Esos jóvenes altos, bien vestidos que encabezan las migraciones en el país podrían quedarse en sus entornos y luchar y recuperar la patria, en sus lugares de origen. Pero prefieren negociar con delincuentes y reunir enormes cantidades que la mayoría de nosotros jamás las hemos tenido, para entrar a un país extranjero y vivir mejor. Su país no les vale un esfuerzo. Eso puede ser legítimo para ellos y si así lo quieren se respeta y se da la ayuda legal que se precisa. Pero los organismos internacionales tienen la obligación de buscar el desarrollo de esos entornos de origen y generar en los países expulsores, formas de retención importantes que disminuyan la migración.
HUYEN DE POBREZA E INSEGURIDAD, PERO SOMOS POBRES CON INSEGURIDAD
El argumento que más se utiliza para salir de sus países de parte de los migrantes es la pobreza y la inseguridad, pero México, según Inegi en su último dato, tiene 55.7 millones en pobreza y 8.5 en pobreza extrema. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sostiene que en la región hay más de 86 millones de pobres y el más alto porcentaje puede ser de México que en determinado momento el organismo había calificado con 70 millones de pobres. Y auguró el aumento de 2 millones y medio de pobres como resultado de la pandemia. Esa pobreza nos convierte en el quinto país más pobre de la región. Lo que significa que México debe resolver los acuciantes problemas de su pobreza, antes de aceptar nuevas poblaciones. Hasta el momento, el país ha invertido en migración, altas cantidades que podían haber ido a los millones de pobres que tiene. Solo hace dos años, el aumento a esos gastos, sobre todo de repatriación, fue de 39.8 por ciento de la millonada de inversión.
TRATAR DE RECALCAR QUE MÉXICO ES DESTINO ES ABRIR LA PUERTA
La responsabilidad que no quieren cargar los organismos internacionales hacen de lado los datos de Cepal e Inegi, pero además la permanente inseguridad que se vive en regiones del país. Así como la pobreza en regiones indígenas sobre todo, abrumadas además por la invasión y saqueo de tierras de grupos paramilitares. La llegada de nueva gente al país solo hará más profunda esa situación. Este gobierno ha tratado de resolver la situación de los sectores más necesitados del país, pero el tiempo ha sido corto. El campo no se ha abordado totalmente, ni se han resuelto problemas de seguridad social y personal, bastante profundos, con décadas de retrasos. La postura del gobierno ha sido generosa con algunos sectores migrantes, pero debe ser a través de las leyes en relación a las personas que realmente lo necesiten. Ya México ha dado apoyo económico a algunos países como El Salvador por ejemplo. Ha hecho llamados permanentes a Estados Unidos para que apoye el desarrollo de los países expulsores. Pero de ese país no ha habido importantes respuestas. Y los problemas principales en el país los tienen las fronteras, agobiadas por la presencia de miles de gentes. El gobierno mexicano debe de tomar en cuenta la postura ciudadana, sobre todo en la fronteras, antes de tomar decisiones que compliquen más la situación de pobreza que vive México.