Desde hace tiempo, cuando se habla de cine mexicano, una de las principales ideas corre en torno al poco apoyo y la falta de distribución de propuestas diferentes a lo que se ve comúnmente en las carteleras. A esto se agrega que los estudiantes recién salidos de escuelas de cine no tienen el apoyo suficiente ni la atención necesaria para mostrar su trabajo.
En Puebla existen múltiples espacios para la formación de nuevos cineastas, uno de ellos Cinema Universidad, dirigido por Nydia Rivera Tapia, quien, en entrevista para Imagen Poblana, contó sobre algunas dificultades y retos que enfrentan los cineastas de la actualidad para darse a conocer y formarse como profesionales en la industria cinematográfica.
Nydia señala que en la industria del entretenimiento existen diferentes formas de tratar al cine. La primera es sobre aquellas cadenas de producción y distribución que ya tienen bien trazada una ruta de trabajo con base en lo que quieren realizar y lo que pretenden obtener mediante la exposición masiva para conseguir la mayor cantidad de ganancias posibles y así continuar con su ciclo.
Otras, asegura, no se enfocan primordialmente en el principio lucrativo, sino en la creación artística y la posibilidad de llegar a más público sin recurrir a la exhibición en masa, esto gracias a festivales, circuitos de muestra, plataformas de streaming y la distribución directa.
Sabido esto, actualmente la oferta académica y la posterior inserción al mundo laboral del cine presentan varios retos para los cineastas del futuro. Nydia menciona que uno de los principales retos para los recién egresados es la formación de redes con otros profesionistas de la rama, pero también la capacidad que ha desarrollado y su profesionalización durante la carrera.
La profesionalización del cine se empezó hace 12 años, aunque antes ya existían universidades como el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) o la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC, antes CUEC), pero no se reconocían como licenciaturas hasta el tiempo referido.
Cinema Universidad fue una de las primeras instituciones en obtener el certificado de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para impartir este tipo de cursos. Desde entonces se centran en formar universitarios hábiles en diferentes áreas y que sean capaces de involucrarse a cabalidad en todas las partes que conlleva una producción audiovisual, no solo en lo creativo, sino en lo técnico y teórico.
Un error en torno a las carreras de cine puede ser el de pensar que consiste únicamente en roles como la dirección, guion o fotografía, pues en muchos casos la idea es creer que el éxito se alcanza únicamente cuando se emula a los grandes referentes como Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón o Emmanuel Lubezky.
Ante esto, nuestra entrevistada comenta que una producción audiovisual implica muchos más roles igual de indispensables que deben cumplirse para concretar un proyecto. No solo los citados anteriormente, sino los que conllevan la producción, distribución y planeación.
"No todos los chicos que llegan quieren ser el nuevo Guillermo del Toro. Hay veces que llegan y les gusta el sonido y la construcción de una atmósfera sonora que lleva a distintos paisajes emocionales. El tránsito por una escuela de cine permite que los estudiantes no solamente piensen que van a ser los grandes directores, sino que piensen en que pueden ser los grandes distribuidores audiovisuales en México", sentenció Nydia.
¿Qué tan complicado es para los jóvenes cineastas hacer y exhibir una película?
La directora detalla que las formas en que la gente se acerca a las producciones han cambiado, pues hoy en día ya no es solo una cuestión de relaciones públicas o posicionamientos. Por el contrario, aclara que también llegan a las salas de cine las propuestas novedosas de nuevos talentos.
Entonces, ¿por qué siempre vemos el mismo tipo de producciones? Nydia explica que la línea está más orientada a cómo se llega al público. Por un lado, las distribuidoras priorizan los productos que saben van dejar mejores rendimientos en taquilla y consumo, y por otro, la forma en que se presenta una nueva propuesta a la audiencia y la mercadotecnia alrededor.
"Cada año el Imcine publica el anuario donde se ven más de 200 películas que no son exhibidas en salas comerciales. Tenemos que ver cómo, la forma en que se muestra el cine comercial, basa sus estrategias de captación de público, a ese cine que todos tendríamos que estar viendo", dijo Nydia.
Para captar más personas en propuestas distintas, nuestra entrevistada señala que es imprescindible empezar a hablarle a la gente en un lenguaje cinematográfico que les sea amigable. Alcanzar a más gente que está buscando algo diferente a lo que presenta el mainstream de Disney y Marvel, un error sería sentarlos a ver "Odisea en el espacio 2001", o una cinta de Andréi Tarkovsky.
En cambio, ella manifiesta que hay propuestas contemporáneas en México y Latinoamérica que se alejan de lo más comercial, y tampoco resultan tan complejas como el cine de culto clásico. Reitera que una falla puede estar en cuanto a la forma en que le da publicidad o incluso en factores como el póster promocional que no resulta llamativo para ese público que se quiere conquistar.
Para que los nuevos talentos se den a conocer es importante el trabajo conjunto, primero de escuelas con la formación de profesionistas, luego llamando al trabajo legislativo para que se prioricen las producciones nacionales sobre otras de gran presupuesto y, finalmente, la difusión idónea para llegar a más público.
En un país como México, donde la creación y distribución artística depende en gran medida de los incentivos gubernamentales, la desaparición que se planteó en algún momento de fideicomisos como el Fidecine es un peligro.
Nydia asevera que estos son indispensables porque sirven para enriquecer el acervo cultural del país. Ellos participaron en la primera convocatoria del fondo de Fomento al Cine Mexicano (Focine) que da el Imcine desde 2021 para universidades en todo el territorio nacional.
Gracias al proyecto #Rats se logró un trabajo en el que se involucraron estudiantes, docentes y otros colaboradores. Esas oportunidades, sostiene, es donde radica la importancia de los fomentos del estado, que hacen factible a los más jóvenes universitarios ser partícipes de una producción profesional.
Para los talentos locales sigue habiendo una dificultad, en torno a la escasa información que hay sobre sus trabajos. Nydia nos comenta que esto se debe a que la mayor parte de la derrama cultural de México está marcada por lo que surge del centro del país, principalmente de la Ciudad de México.
"Si te pones a buscar un censo o un anuario donde estén marcadas todas las obras en Puebla, no existe, y es porque no la hemos creado, es algo que nos falta entre las escuelas. Nos falta llevar una bitácora de qué es lo que se está haciendo y qué es lo que está saliendo de las mismas", comenta Nydia.
Asimismo, reconoce que ellos, como un instituto privado, no tienen el mismo apoyo para difundir que otras universidades. Si bien, afirma que es importante la colaboración con instancias públicas como la Secretaría de Cultura, también remarca la importancia de que se abra otro tipo de espacios para acceder a más mercados.
Sobre este último punto señala la importancia de los medios de comunicación sobre las obras de las que deciden hablar y las que ignora. En Cinema Universidad cada año proyectan en el Teatro de la Ciudad los trabajos más destacados de sus estudiantes, tienen un festival universitario de cine de horror único en el país, pero, aun así, exclama, no tienen la difusión necesaria para dar a conocer estos proyectos.
“La primera película de Cinema fue en el 2001, un documental que se llama “Tochi”, y que estuvo seleccionado en muchos festivales y que fue producida con recursos propios. No vas a encontrar esa nota porque nadie nos hizo una nota. Aunque hubo apertura para decir ‘aquí estamos’, no hubo cobertura”, finalizó Nydia Rivera.