Dicen que el rol de un padre es sustituible, ¿qué tan cierto es eso?

Dicen que el rol de un padre es sustituible, ¿qué tan cierto es eso?

Foto: Freepik

Como cada tercer domingo de junio, está pronta la conmemoración del Día del Padre, una celebración que en ocasiones pasa inadvertida, aunque para muchas personas es complicada por la ausencia de una figura paterna durante el crecimiento. Es común creer que esta se puede suplantar con el doble esfuerzo de la madre o con otras personas alrededor, ¿qué tan cierto es eso?

 

En entrevista con Imagen Poblana, el sicólogo Francisco Josafat Flores Ríos comenta que la figura de un padre es esencial a lo largo del desarrollo de un menor, pero no por una cuestión biológica, sino en un sentido sicológico y de formación social. Además, dice que no tenerla (la figura paterna) en la vida no significa que el patrón se repetirá para otras generaciones, pero sí es un tema que debe tomarse con cautela.

 

Para determinar si el papel de la figura paterna es reemplazable, lo primero es aclarar cuál es su verdadera función y cómo se diferencia de la que cumple una madre a la hora de criar a un niño o adolescente.

 

El sicólogo detalla que, en cuanto a formación y fisiología, el cerebro de una mujer y el de un hombre son idénticos, pero es en la psique donde se notan las diferencias que influyen en la crianza de otro ser humano. Si bien una mujer puede aportar principalmente en aspectos como la contención emocional, el rol masculino entra en juego con la función de aprender a sobreponerse y resolver problemas en la vida de una manera distinta.

 

Por un lado, las mujeres empiezan a forjar vínculos con sus hijos desde su concepción y durante todo el proceso de gestación, mientras que la influencia del padre se da en los rasgos sicológicos, emocionales y sociales a medida que el infante va creciendo. Más allá de las connotaciones biológicas, la importancia del padre está en la implantación de los roles de género.

 

Los roles del padre y de la madre son complementarios, pues solo tener lo que ofrece la madre no es suficiente para el desarrollo como persona. Si bien las madres que cumplen esta doble función están en una situación desfavorable, sí es necesario el acompañamiento paterno.

 

 

“Es el ejemplo de poner una moneda y solo ver una cara de la moneda. Muchas veces, tanto la niña como el niño desconocerán muchas cosas de ellos mismos a través de estos comportamientos que del rol paterno se aportan. Esta cara siempre quedaría oculta y el niño o la niña solo se haría una imagen de lo que puede ser un rol paterno”, asevera Josafat Flores.

 

De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda del INEGI, en 2020 había un total de 35’221,314 de madres en México, de las cuales el 7 % era soltera, es decir, 2’465,491. ¿Es posible que estas madres satisfagan y reemplacen completamente la figura de un padre ausente o que abandonó?

 

Más allá de pensar en asumir a cabalidad este papel, algo que en su perspectiva no es posible, el especialista afirma que lo ideal es que la madre busque la forma de entender la contención emocional y social desde una perspectiva masculina.

 

Para esto es importante tomar como referencia a los hombres que la rodean, ya sean hermanos, padres o abuelos, siempre teniendo presente que no será igual que lo que un papá podría o debería dar, pero que de ahí se debe partir para tratar de complementar su vida.

 

A esto agrega la relevancia de que madre e hijo, o hijos, fortalezcan su vínculo y no se empeñen en idealizar al padre ausente, para bien o para mal. Ideas como “si tu padre estuviera aquí” o “tu papá nos abandonó” devienen en confusión sobre lo que es un padre, lo que terminará afectando en su desarrollo como persona, por lo que es mejor hablar con claridad del por qué dicha figura no está.

 

Asimismo, expresa la importancia de tratar con tacto cómo fue que su padre lo abandonó, pues si no se hace adecuadamente, se genera confusión, sensaciones de abandono, que es en realidad una idea implantada por alguien más de su entorno.

 

“Muchas veces, cuando los adolescentes hacen contacto con sus papás biológicos escuchan una versión completamente diferente a la que escuchan con los cuidadores principales. Ahí entra un doble vínculo afectivo que se debe trabajar, no es ni idealizar al padre bueno que siempre estuvo, pero se fue, o tener a este padre que maltrató y se fue, y cuando contacta es diferente”, sentencia el especialista.

 

El sicólogo explica que hay una creencia que se sustenta en la idea de que el abandono resulta en que el ciclo se repetirá cuando el hijo crezca o se convierta en padre. Por el contrario, sostiene que en realidad esa carencia culmina con formar a padres responsables, amorosos, cercanos a sus hijos y que buscan tener mayor equilibrio con sus parejas, aunque no en todos los casos es así.

 

Reconoce que en algunas personas el resultado es que haya jóvenes que recaen en adultos violentadores, emocionalmente distantes y que tratan con rechazo a sus hijos. Para revertir la situación, él recomienda asistir con un especialista que ayude a superar el problema, pero que también ayude a forjar la voluntad de cambiar.

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