Síndrome de Genovese: ¿ayudar yo?, ¡que lo haga alguien más!

Síndrome de Genovese: ¿ayudar yo?, ¡que lo haga alguien más!

Foto: Enfoque

Constantemente se dan a conocer noticias que causan descontento en la población, ya sea por maltrato animal o la violencia que se vive día con día en México. Algo reciente en Puebla fue el caso de un hombre que, a plena luz del día, golpeó a una mujer en el mercado Independencia. Y llamó más la atención que la gente que no ayudó a la víctima.

 

Es un escenario que se ha visto en repetidas ocasiones, donde una persona en situación de máxima urgencia no recibe ningún tipo de auxilio, inclusive cuando hay gente alrededor. ¿A qué se debe esto? La explicación es el llamado Síndrome o Efecto del Espectador, aunque en la sicología se le conoce formalmente como Síndrome de Genovese.

 

Este suceso es un fenómeno que explica por qué las personas son incapaces de actuar y, por el contrario, se quedan completamente inmóviles en contextos de urgencia, en lugar de ayudar a quien lo necesita. Al quedarse parados, únicamente fungen como espectadores, de ahí el sobrenombre y que luego se refleja y tergiversa en medios de comunicación.

 

 

El nombre se debe a que en 1968, en Estados Unidos, una mujer llamada Catherine Genovese fue asesinada apenas salía de su casa. Al ser asaltada, gritó pidiendo auxilio que nunca llegó, por lo que fue apuñalada en dos ocasiones. Quedó tirada en el piso y diez minutos después el agresor regresó para ver que nadie la ayudó, aprovechando para terminar con su vida. Desde el primer ataque se reportó que había al menos 12 personas que no hicieron nada para evitar el éxito del asesino,

 

Después de la muerte de Genovese, se buscó explicación a estos hechos y una de las conclusiones es que hay más probabilidades de recibir ayuda si hay pocas personas cerca. La teoría de la difusión de la responsabilidad obedece a que, a medida que hay más espectadores, se cree que será el otro el que intervendrá; cuando hay solo un par de personas, la responsabilidad se hace más evidente sobre los testigos.

 

La explicación sigue con el hecho de que al estar en medio de una multitud hay personas que tienen la idea de que en algún momento, no solo ayudará alguien más, sino que será alguien que esté verdaderamente calificado como un policía o un doctor. Otro punto es que hay individuos que se sienten apenados de dar ese primer paso por temor a lo que digan los demás.

 

En ocasiones, algunos medios de comunicación han transferido la culpa más a la gente que no hace nada ante ese hecho, pero no siempre se toma en cuenta el factor sicológico. Estas conclusiones se toman en lugares diferentes al evento comentado en Puebla, pues en México en general la situación es diferente y plantearse la idea de ayudar es más complicada.

 

En casi cualquier punto de México con frecuencia se ven tumultos en los que hay violencia, pero la situación hace que muchos no quieran meterse. Una persona no sabe con quién se puede encontrar y cómo podría reaccionar en un intento de auxilio. Siempre es latente la posibilidad de toparse con alguien que tenga un arma blanca o, peor, de fuego.

 

 

En un sondeo hecho por Imagen Poblana, ciudadanos de la capital comentaron que sí es importante y necesario ayudar, pero lo piensan antes de entrar en acción, pues no descartan que también haya daños para ellos o que el entorno sea diferente a lo que se ve en primera instancia.

 

Josué trabaja como repartidor y comenta que, en efecto, hay quienes rehúsan a dar auxilio porque ya no saben si es una situación real o se trata de un montaje con el fin de atraer gente y asaltarla o hacer otro daño. Además, señala que un riesgo más es que al intervenir también puede ser golpeado, pues en medio de la exaltación las personas se ponen agresivas.

 

Sin embargo, menciona que sí es importante que las personas ayuden -y afirma que sí lo haría-, pero que también es esencial que se conozca el contexto para saber si es prudente meterse en una discusión o mejor hacerse a un lado y evitar golpes o daños mayores.

 

Por otra parte, el estudiante Manuel también coincide en que la gente no apoya a desconocidos para no meterse en problemas, aunque cree que la sociedad sí debería hacer algo en lugares como México donde la violencia contra las mujeres es tan grande. Él rechaza la idea de que estos escenarios sean producto de montajes, pues considera que sí es común ver algo así en la calle.

 

En ese sentido, José declara que sí ayudaría a una persona en urgencia, porque no importa que alguien “se lo haya buscado” o “se lo merece”, siempre es importante dar la mano, especialmente a las mujeres en momentos como el visto recientemente en el mercado Independencia.

 

Si bien es importante considerar que en medio de la multitud la gente se paralice, también es primordial tomar conciencia de las consecuencias de la pasividad, sin dejar de lado que no en todos los momentos podemos ayudar, pues también hay peligros para nuestra integridad.

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