El desarrollo tecnológico más llamativo que se dio a inicios de año fue el famoso ChatGPT, un sistema de lenguaje inteligente creador por OpenIA con capacidad de aprendizaje y que puede escribir textos en cuestión de segundos. Luego surgió Bard, una herramienta similar creada por Google, ambas utilizadas por todo el mundo para tareas cotidianas.
Muchos estudiantes empezaron a utilizarlo para sus tareas, ensayos y todo tipo de deberes del día a día, lo que generó incertidumbre sobre cómo podría afectar a su desempeño, pues es prácticamente imposible detectar si algo fue creado por una de estas inteligencias artificiales (IA), ¿o no?
Para los trabajos escolares o de otra índole, ¿es posible detectar si algún texto fue hecho por ChatGPT u otra plataforma similar? A la par del surgimiento de las IA, también empezaron a crearse formas de detectar si algo fue creado o no por un sistema de lenguaje.
OpenAI, la misma empresa que creó al chat más famoso, también puso a disposición una página en la que se puede detectar si un escrito fue hecho con base en una inteligencia artificial, como el propio ChatGPT u otros más. Con AI Text Classifier no hace falta más que copiar y pegar un texto para que analice y arroje el porcentaje de probabilidad de que este fuera hecho con “trampas”.
Este detector solo pide un requerimiento, que es un texto con mínimo 1,000 caracteres (aproximadamente 150 palabras), para analizarlo. Sin embargo, también se hace la advertencia de que no es 100 % preciso y solo da un estimado de probabilidad, o bien, puede correr el velo de un escrito hecho por humano como un elaborado por máquinas.
Igualmente que OpenAI, GPT Zero es un detector que con pegar un texto se pone en funciones para detectar mediante algoritmos si este fue escrito por un chatbot inteligente. Tiene siete clasificaciones de respuestas en las que se incluyen “escrito por humanos”, “generado por AI/GPT”, y otras en las cuales dice si es un texto mixto o mayormente creado por inteligencia artificial.
Se anuncia con un nivel de eficiencia casi perfecto pues, asegura, después de haber analizado más de 10 millones de escritos, tiene un porcentaje de acierto del 98 %, además de que se puede descubrir en cualquier idioma que se le pida.
Otra más es AI Detector, un sitio gratuito en el que al igual que otros indaga si un texto fue generado totalmente por IA o ChatGPT. Para tener más precisión se requiere que el escrito sea mayor de 50 palabras, pero aun así advierte en sus instrucciones que podría arrojar falsos positivos o negativos.
Una vez que se llevó a cabo el análisis, dará el porcentaje de texto escrito con IA. Algo más que hace singular a esta herramienta es que se puede usar incluso para los sistemas más avanzados como el GPT 3.5 y GPT 4.
¿Se puede hacer manualmente?
Con toda la capacidad que anuncian las plataformas de IA, tienen patrones que las delatan y se hallan fijándose detenidamente. Por ejemplo, en cada continuación de párrafo se ven frases repetidas como “en resumen” o “cabe señalar”, que se dan en casi todos los textos que genera ChatGPT.
Además, muchos estudiantes tomarían lo que dice cualquier chat inteligente como una verdad, pero no es raro que incluso las inteligencias artificiales también se equivoquen, den datos erróneos o fechas inexactas. Otra forma en la que estas plataformas se delatan es que en la mayoría de las ocasiones solo son grandes concentraciones de datos y no dan cabida a una señal de análisis.
Claramente, los sistemas de inteligencia artificial son grandes herramientas para la escritura o como guías de pequeñas investigaciones; sin embargo, los textos que crean no se deben tomar como verdades absolutas.