El gobierno federal impulsa la campaña de prevención de adicciones denominada “Si te drogas, te dañas”, la cual ha causado polémica porque algunos consideran que no tiene un efecto real para prevenir las adicciones, mientras que otros piensan que incita a los jóvenes a acercarse al mundo de las drogas.
Medir el éxito de esta campaña sería subjetivo mientras no se cumpla con todo el procedimiento de ejecución; sin embargo, en la historia nos muestra que al menos en México, los programas de prevención de adicciones no han resultado del todo exitosos o no hay un mecanismo para medir sus resultados.
"Si te drogas, te dañas" es un programa que se está replicando en todas las instituciones de educación, públicas y privadas, a nivel nacional, por lo que el 17 de junio tendrá una jornada maratónica en la que participarán estudiantes de nivel básico y medio superior.
En el caso de Puebla, los estudiantes tendrán que acudir ese sábado al gimnasio Miguel Hidalgo y a la unidad deportiva Mario Vázquez Raña para actividades deportivas, lúdicas, conferencias y exposición de experiencias que busquen alejar a los jóvenes del mundo de las drogas.
La Secretaría de Educación Pública Estatal informó que en esta campaña participarán 337,000 alumnos de secundaria, 284,000 de bachillerato, así como estudiantes de 47 universidades públicas y 245 privadas.
El #GobiernoPresente de @SergioSalomon, a través de la dependencia refuerza las acciones de la "Estrategia en el aula: Prevención de adicciones", en las instituciones educativas del estado. pic.twitter.com/PvbA63Ts9s
— Secretaría de Educación (@SEPGobPue) June 13, 2023
Cuestionan su efectividad
Esta campaña no solamente contempla actividades presenciales, sino que también está haciendo una fuerte campaña a través de redes sociales y medios masivos de comunicación como radio y televisión.
Esto ha provocado reacciones en redes sociales y algunos usuarios aseguran que lejos de alejar a los jóvenes del mundo de las drogas, se les despierta la curiosidad por este tipo de sustancias.
Algunas de las críticas en redes sociales versan sobre la ligereza con la que se habla del fentanilo, un químico utilizado en la fabricación de drogas sintéticas que, según los críticos, no era conocido sino hasta que comenzó hablarse de él a través de estas campañas.
Otras críticas se centran en utilizar tiempo adicional a la escuela para su promoción, pues muchos padres de familia aparentemente no están de acuerdo con que sus hijos asistan el próximo sábado a las actividades extracurriculares de esta campaña.
¿Son exitosas las campañas antidrogas?
Como se mencionó, no se puede medir el éxito de una campaña que aún se está ejecutando; sin embargo, en el país ha habido otras campañas para la prevención de adicciones que, según los datos oficiales, no han terminado del todo exitosas.
La Secretaría de Salud Federal publicó en 2020 un informe sobre la situación del consumo de drogas en México, con un análisis y seguimiento a los servicios de prevención.
En las conclusiones, se expone que los programas de prevención de adicciones necesitan una participación permanente de todos los sectores públicos y privados vinculados con la reducción de la demanda.
Pero también destaca que se deben asignar más recursos al rubro de la prevención y la atención integral de consumo de sustancias psicoactivas, de lo contrario no se obtendrá el éxito debido.
De este informe destaca que reconocen que actualmente no hay un sistema de información que logre captar las acciones preventivas que desarrollan las organizaciones de la sociedad civil y de instituciones privadas para la prevención de adicciones.
Además, reconocen que los métodos de evaluación de los programas de prevención existentes son deficientes y necesitan desarrollar nuevos métodos para su actualización, con la finalidad de dar continuidad a los que han resultado de mayor efectividad.
Esto último quiere decir que hasta el momento las autoridades no tienen un indicador preciso que permita establecer cuándo una campaña de prevención de adicciones es verdaderamente exitosa y cuándo no.
De este modo, se puede establecer que el éxito de una campaña de este tipo, al menos para las autoridades sanitarias, es subjetivo y no cumple con programas exitosos en otros países.
