¿Te imaginas un mundo sin Coca-Cola, papas Sabritas o galletas Marinela? Esto podría ocurrir en septiembre próximo si no se modifica la legislación en México respecto a la prohibición de la comida chatarra.
A pesar de las posibles implicaciones, positivas para la salud pero negativas para diversos sectores industriales, se había hablado poco de esta ley hasta esta semana, cuando recibió mayor difusión la denominada ley contra las grasas trans.
¿De qué se trata esta ley?
En febrero de este año, la legislatura federal aprobó una modificación a la Ley General de Salud que prohíbe la venta de alimentos chatarra, aquellos que contienen exceso de grasas y utilizan aceites parcialmente hidrogenados, entre otros.
El decreto se publicó el 24 de marzo de este año en el Diario Oficial de la Federación, estableciendo que esta norma entraría en vigor a partir del 1 de septiembre y teóricamente retiraría del mercado todos los productos chatarra.
Las modificaciones a la ley general de salud establecen que no se podrán vender alimentos o bebidas no alcohólicas que contengan aceites parcialmente hidrogenados, conocidos como grasas trans, añadidos durante su proceso de elaboración industrial.
Estos alimentos tampoco podrán exceder una cantidad determinada de ácidos grasos trans de producción industrial por cada 100 partes del total de ácidos grasos.
Existen dudas sobre cómo se regulará la venta de estos productos, cómo se implementará su prohibición, cómo se evitará su consumo y, sobre todo, cómo se retirarán del mercado los productos ya vendidos.
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¿Qué productos se prohibirían?
En caso de que no haya modificaciones a la ley y se publique la regulación a tiempo para su retiro del mercado, varios productos dejarían de venderse legalmente en septiembre próximo. Aunque la lista podría ser amplia, se incluyen alimentos fritos, productos horneados, masas para pasteles, galletas, barras de margarina e incluso pizza congelada.
En el ámbito de las bebidas: los refrescos, las bebidas a base de aceite de coco o de palma, las bebidas elaboradas con helado, los jugos artificiales y los sabores de agua endulzados con azúcar.
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¿Qué han dicho las marcas?
Aunque la mayoría de los mexicanos hemos consumido la famosa Coca-Cola, papas Sabritas o galletas Marinela, la sociedad ha hablado poco sobre esta ley.
Sin embargo, diferentes marcas que podrían verse afectadas por la retirada de sus productos del mercado tampoco han tomado posición al respecto.
The Coca-Cola Company cuenta con varias distribuidoras en México, como Femsa, que hasta el momento no ha emitido ninguna declaración sobre esta ley. Tampoco lo ha hecho Pepsico, que entre sus filiales tiene la gama completa de refrescos Pepsi, las frituras Sabritas y las galletas Marinela.
Otras marcas que se verían obligadas a salir de los estantes de las tiendas son los jugos Jumex, las aguas saborizadas Bonafont y una gran cantidad de bebidas azucaradas artificiales que abarrotan los refrigeradores de tiendas y supermercados.
Según algunos analistas, el silencio de las principales empresas afectadas podría deberse a la falta de regulación específica en la ley. En caso de que se agregue una regulación adicional, es posible que las marcas tomen medidas legales para defender sus intereses.
Basta recordar que en el pasado, The Coca-Cola Company presentó una serie de amparos para evitar la colocación de sellos en sus etiquetas, los cuales advierten a los consumidores sobre el alto contenido de azúcar de los productos.
