Una de las preocupaciones constantes para los padres de familia es evitar que sus hijos desarrollen conductas inapropiadas, ya sea que se muestren antisociales, poco comprometidos con sus estudios y, en el peor de los casos, que sean violentos. En este sentido, algunos consideran que la mejor forma de prevenir esto es con la educación en casa.
Para México la violencia doméstica es un problema de urgencia, ya que se siguen registrando números altos. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), hasta 2021 había 50’523,469 mujeres de 15 años o más, de las cuales, el 42.8 % dijo haber sido víctimas de alguna forma de violencia.
En un sondeo hecho por Imagen Poblana, madres y padres coinciden en que los valores que se inculcan en el hogar son pilar para que los menores no tengan comportamientos violentos y que, en efecto, esto inicia en el núcleo familiar. A pesar de pertenecer a diferentes generaciones, una constante entre los entrevistados es que instruyen a sus hijos para buscar otras formas de resolver los conflictos.
Dulce María, madre de dos niñas de nueve y tres años, reconoce que la educación que brinda a sus hijos es crucial para prevenir la violencia. Junto a su esposo, evitan pelear frente a sus hijas y en su lugar les enseñan a resolver conflictos a través del diálogo. Dulce enfatiza en la importancia de hablar y explicarles a sus hijas cuando cometen acciones inapropiadas, fomentando el respeto y la empatía.
Por su parte, Alberto Martínez, un padre de 80 años con 10 hijos, destaca la importancia de enseñar a sus descendientes a ser respetuosos con los demás y dedicados a sus estudios desde una edad temprana. Gracias a estos valores inculcados en el hogar, ninguno de sus hijos ha optado por la violencia y no ha recibido informes de problemas en la escuela.
Clara Pleo, madre de tres hijos, también destaca la importancia de evitar consentir en exceso a los hijos y enseñarles el valor del trabajo y el esfuerzo. Si sus hijos recurren a la violencia, Clara aplica sanciones como retirarles permisos o actividades recreativas para que reflexionen sobre sus acciones equivocadas. Sin embargo, considera que la mejor forma de abordar la violencia es la prevención, por lo que se asegura de hablar con sus hijos sobre sus emociones y les da la oportunidad de expresarse
Flavio Alatriste, padre de un adolescente de 14 años, advierte sobre las consecuencias de recurrir a la violencia y enfatiza en la importancia de la reflexión y la expresión emocional. Flavio ha creado un ambiente de confianza para que su hijo se sienta cómodo compartiendo sus sentimientos y reflexionando sobre sus actitudes.