No solo perros y gatos, las aves también sufren por la ceniza volcánica

No solo perros y gatos, las aves también sufren por la ceniza volcánica

Foto: FreePik

Durante la caída de ceniza no solo los perros y gatos pueden sufrir afectaciones, la fauna de todo un ecosistema tiende a sufrir cambios ante este tipo de fenómenos naturales y algunas especies como las aves se ven obligadas a migrar mientras otros mamíferos pueden llegar a ser bastante tolerantes.

 

En un análisis elaborado por el departamento de Posgrado en Ciencias Biológicas de la UNAM en 2015, se encontró que la pérdida parcial de especies, exterminio de la flora y fauna, así como migración de aves, son consecuencias de las erupciones volcánicas.

 

Para llevar a cabo el estudio, se analizaron los efectos de la ceniza emanada de explosiones del volcán de Colima. Con redes de niebla se capturaron aves para tomar diferentes datos relacionados con su fisiología y morfología, especie y tipo de alimento que ingieren.

 

Aunque los efectos inmediatos son bastante abruptos, son “parte de la dinámica de los ecosistemas, que en su momento se recuperarán, y algunas especies se adaptarán a este proceso natural, por lo que no debemos intervenir”, afirmó Luis Enrique Sánchez Ramos responsable del estudio.

 

 

Sánchez Ramos destacó que durante estos eventos, los artrópodos y mamíferos pequeños migran o mueren, mientras que las aves que se alimentan de ellos al no tener qué comer y, en consecuencia, pueden ocurrir dos tipos de efectos: directo e indirecto.

 

El primer caso corresponde a las modificaciones ambientales y al contacto con el material volcánico; mientras que el segundo efecto advierte sobre los cambios en las interacciones con otros animales y plantas que se presentan después del suceso.

 

Las especies más afectadas son aquellas cuya dieta es principalmente de origen vegetal, y en el caso de las aves, las que forrajean en el suelo. La mayoría de las especies migran hacia ambientes propicios, las que no tienen esa capacidad seguramente sucumben, pero algunas logran tolerar el cambio y permanecer.

 

 

Para el caso de otro tipo mascotas, fuera de los perros y gatos, el estar expuestos a las cenizas puede afectar los pulmones de los animales, provocando asfixia. De igual forma cambia la reflectancia o capacidad de las flores para reflejar la luz impidiendo que las aves las reconozcan.

 

Al bajar la actividad volcánica, el ecosistema se empieza a recuperar poco a poco, y las comunidades de aves se incorporan siguiendo ciertas reglas, que consisten en la tolerancia que tienen al nuevo escenario y las facilidades que las especies que permanecieron les brinden la reintegración

 

“La clave para la recuperación son las plantas, pues al brotar empiezan a llegar los primeros animales, como artrópodos, aves y mamíferos; entre todos contribuyen a la regeneración del ecosistema”.

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