No solo suciedad, esto es lo que causa la ceniza en los autos

No solo suciedad, esto es lo que causa la ceniza en los autos

Foto: Enfoque

Con lo que parecían momentos de actividad volcánica normal, hoy en día el Popocatépetl se ha convertido en una alerta para la salud y el desarrollo de las actividades diarias. La caída de ceniza ha causado la suspensión de acciones al aire libre, regresó las clases a modo virtual y también es una amenaza para el funcionamiento de los automóviles.

 

En los últimos días hemos visto videos e imágenes de la actividad volcánica, por lo que ya se ha dicho y escuchado en múltiples ocasiones que la ceniza es un riesgo para los ojos, el sistema respiratorio y para los animales, pero una realidad es que también se pueden dañar los automóviles, algo que desconoce la mayoría de la población.

 

Si bien algunas personas arrancan y usan sus coches sin mayor preocupación por la creencia de que es solo la suciedad en la carrocería, hay daños en diferentes partes de un auto a causa de la ceniza. Lo más común son, a la vista, las repercusiones en la pintura y los vidrios, pero el motor y otros sistemas son afectados.

 

Sí, la ceniza tiene consecuencias para la pintura de un auto, esto principalmente porque esta se raya con la acumulación. Cuando se junta una cantidad considerable y se intenta limpiar con un trapo seco, la ceniza es dura y, al pasar un trapo para removerla, estropea la pintura y se notan pequeños rayones.

 

Al provenir directamente de un volcán, en ocasiones la ceniza que cae contiene elementos corrosivos como azufre, lo que también daña y derrite la pintura y mancha la carrocería. Algo similar sucede con los vidrios, faros y hasta metales, pues se maltratan de la misma forma con el polvo que se les adhiere y los corroe, además de los rayones por el polvo que se junta en los limpiaparabrisas.

 

La fachada y el aspecto del vehículo no son lo único que se ve perjudicado por la ceniza, ya que esta, al ser de un tamaño minúsculo, se cuela en los lugares más importantes como el motor o en la filtración. El filtro de aire, encargado de retirar las suciedades, se obstruye por la acumulación de ceniza, lo que no permite la llegada de aire al motor, calentándolo y reduciendo el rendimiento. Si también se infiltra en el radiador, se tapa y existen daños iguales por alta temperatura, ya que no habría sistema para la refrigeración.

 

Uno de los riesgos latentes es la interferencia en el sistema de frenos, ya que, una vez más, al juntarse en exceso, hay interferencia. La mayoría de los autos tienen mecanismos en los que se juntan las balatas con los discos, por lo que la ceniza impide este contacto o lo hace menos eficiente, impidiendo que el coche se detenga adecuadamente, ocasionando accidentes.

 

Lo mecánico no es lo único que se afecta, sino que en lo eléctrico existen más repercusiones porque la ceniza se mete en los circuitos y no deja hacer bien el contacto eléctrico en componentes como las válvulas y los fusibles.

 

Sí, la ceniza de los volcanes hace más que ensuciar las unidades de transporte, pero no quiere decir que no haya nada que lo impida. Por ejemplo, para proteger la pintura lo inicial es no dejarlo a la intemperie sin alguna funda o, si es posible, estacionarlo bajo un lugar con techo. Cuando ya están cubiertos de ceniza, para limpiarlos lo mejor es hacerlo primero con aire, un plumero o directamente con agua para no rayar la pintura, poniendo énfasis en los limpiaparabrisas.

 

Existen jabones de pH neutro que sirven para contrarrestar la corrosión de los agentes ácidos. Si no hay con qué cubrirlos o una zona techada, hay ceras que se pueden aplicar y funcionan reforzando las capas de pintura y evitando que se adhiera cualquier agente como polvo o ceniza.

 

Respecto a la obstrucción del sistema de aire, cuando hay caída intensa de ceniza lo mejor es que antes de arrancarlo se saque el filtro de aire y se asee con ayuda de una pistola de aire, pasándola por cada una de las fibras. Con esto se da pie a que el aire circule con normalidad a través de las láminas y dándole mejor rendimiento al motor. Este proceso aplica para el radiador, pues esa parte es la responsable de la refrigeración, por lo que siempre debe estar en funcionamiento óptimo.

 

Finalmente, para prevenir averías en medio de un recorrido, es importante hacer revisión de los sistemas que están más expuestos, como los frenos y componentes en los que se mete la ceniza. Si se notan acumulaciones, lo mejor es retirarlas antes de iniciar un viaje y asegurarse de que el funcionamiento sea correcto.

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