Estudiantes de Puebla reviven el “trauma” de las clases en línea

Estudiantes de Puebla reviven el “trauma” de las clases en línea

Foto: Enfoque

Los días pasan y la actividad del Popocatépetl no cede, causando estragos con la caída de ceniza en casa, autos, carreteras y prácticamente en cualquier lugar de varios municipios de Puebla y algunas zonas de la Ciudad de México. Debido a esto, una de las consecuencias fue una contingencia ambiental que terminó por regresar las clases a modalidad a distancia.

 

Tal como se vivió por más de dos años con la pandemia de COVID-19, los alumnos de todos los niveles en 40 municipios de Puebla volvieron a las clases en línea. Esto es temporal y promete ser más corto que lo iniciado en 2020, pero parece no ser del agrado de todos los estudiantes.

 

Los testimonios recogidos por Imagen Poblana en redes sociales y en entrevista con universitarios revelan que las clases en línea no son tan aprovechables por los estudiantes. De igual forma, hay quienes afirman que es una limitante, porque también se corta la opción de convivir con sus compañeros y estar cerca de los profesores.

 

En redes sociales, estudiantes de varios niveles, casi siempre preparatoria y universidad, han expresado su descontento con las clases a distancia. Hay personas que lo asocian con un mal rendimiento y el mal tiempo que pasaron durante la pandemia.

 

 

 

También hay otros que, aparentemente, dicen haber aprendido de lo que atravesaron en los años de pandemia, por lo que no se sienten tan disconformes con la decisión de la SEP.

 

 

Muy a su manera, hubo otras personas que lo celebraron y agradecieron a “Don Goyo”, pues saben que en esta forma de cátedra tienen más oportunidad de no estar atentos, revisar información en internet al momento e inclusive tomar la clase desde la comodidad de su cama.

 

 

Algo es claro, a algunos estudiantes les resulta cansado emocionalmente el hecho de estar al frente de la computadora por horas, intentando poner atención y con todo lo que implica estar en casa.

 

 

En entrevista, el estudiante de la facultad de comunicación de la BUAP, Christian Adrián Huerta, dijo que este modo de clases no le gusta porque, en primer lugar, le trae consigo el recuerdo de las difíciles sesiones durante la pandemia. A esto le suma que se ve privado, y piensa lo mismo de sus compañeros, de la oportunidad de socializar entre ellos.

 

Afirma que, al estar separado físicamente de otros estudiantes, no se da el intercambio de ideas y debate que sí ocurre dentro de las facultades con personas de su grado académico, algo importante en su carrera. A su parecer, las dinámicas de estudio no son tan eficientes como lo son en persona, esto porque la experiencia universitaria es producto de la convivencia y el acercamiento con docentes.

 

“Las clases en línea no quitan esa cosa muy especial que tiene la universidad, pero es lo que se tiene que hacer con esta contingencia. Esperemos que no dure demasiado y que podamos regresar a la cotidianidad lo más pronto posible para seguir teniendo eso que durante mucho tiempo se le quitó a los estudiantes por las diferentes situaciones que vivimos”, sentenció Christian.

 

Ahora con la actividad volcánica nuestro entrevistado, al igual que muchos jóvenes poblanos lo manifiestan en redes sociales, espera que esta contingencia no se prolongue de la misma forma que lo sucedido con el COVID-19, para que pueda volver a la convivencia de otros tiempos.

 

 

Ángel Cruz es alumno de la preparatoria de la BUAP Alfonso Calderón, y ya en sus últimos meses antes de graduarse, considera que lo mejor es que se pueda regresar a las aulas antes de que culmine sus estudios. Su motivo es principalmente porque cree que es importante seguir preparándose para su posterior ingreso a la universidad.

 

Aplicará el examen para ingresar a una licenciatura en la misma institución, la BUAP, por lo que, desde su perspectiva, siempre será mejor tomar clases presenciales. Su experiencia durante la pandemia no fue del todo agradable, ya que le costó adaptarse a las herramientas y plataformas, así como a las dificultades de aprender casi todo el tiempo sin el auxilio de un tutor.

 

Él ingresó a la preparatoria en 2020, en medio de la pandemia, por lo que pasó casi los tres años a distancia y, una vez que pudo asistir, sintió que era una mejor forma de aprendizaje, sumado a que por fin conoció al resto de sus compañeros. “Lo mejor del fin de la pandemia fue que se dio el salto a las clases presenciales y vi una nueva forma de pasar las clases, algo que no pude aprovechar en línea”, aseguró Ángel.

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