Menos pesca y más lluvias: estos serán los efectos de “El Niño”

Menos pesca y más lluvias: estos serán los efectos de “El Niño”

El fenómeno de "El Niño" que comienza a gestarse no solo aumentará la temperatura en el mundo, sino que también tendrá impactos en la pesca, la agricultura y la energía en Sudamérica, advirtió a Sputnik el meteorólogo colombiano, Emel Vega. El fenómeno podría ser un alivio para las sequías sufridas en el Cono Sur.

 

Luego de tres años ininterrumpidos de presencia del fenómeno "La Niña" —que se caracteriza por producir un enfriamiento en las aguas del océano Pacífico— y tras una fase neutral que volvió a la normalidad las temperaturas, comenzó a gestarse el fenómeno opuesto, que tiende a un calentamiento del océano.

 

El fenómeno se desarrollará dentro del periodo más cálido jamás registrado y será uno de los factores, junto con la retención de calor de los gases de efecto invernadero, que incidirá en que las temperaturas mundiales alcancen niveles sin precedentes, según advirtió la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

 

En diálogo con Sputnik, el meteorólogo colombiano Emel Vega explicó que "las aguas del océano Pacífico centro-oriental se encuentran incrementando sus temperaturas y la termoclina —una capa que separa dos masas de agua a temperaturas muy diferentes— se está sumergiendo".

 

 

Esta capa invisible se encuentra a metros de la superficie y se ubica debajo de las aguas que reciben energía solar —y por tanto, son más cálidas—. A partir de ella, la temperatura baja drásticamente.

 

La termoclina que "usualmente frente a las costas sudamericanas se encuentra a una profundidad de entre 30 y 40 metros, en estos momentos se está sumergiendo a unos 70 u 80 metros", advirtió el experto.

 

Esta situación genera varios efectos: un incremento en el nivel del mar, un debilitamiento de los vientos alisios —que provienen del este—, así como una afectación de la circulación atmosférica, explicó Vega.

 

"La fase ascendente que usualmente se encuentra sobre el Océano Pacífico Occidental, generadora de precipitaciones sobre Indonesia, Filipinas y el norte de Australia ahora se va a desplazar hacia el Océano Pacífico Oriental, localizándose sobre las costas ecuatorianas, peruanas y el norte de Chile", sostuvo.

 

Los efectos del fenómeno, que se encuentra en plena formación, "comenzarán a sentirse entre finales de agosto y septiembre". Además, se intensificarán en diciembre de 2023.

 

 

El especialista pronosticó que "El Niño" durará alrededor de un año, aunque aún no se puede predecir con certeza qué tan fuerte o moderado será el evento. "Las condiciones no permiten determinar con precisión la intensidad del evento, pero hacia mediados del segundo semestre del año, eso se podrá establecer", aseguró Vega.

 

De acuerdo a la OMM, la probabilidad de que se registren condiciones ligadas a "El Niño" aumenta gradualmente a partir de junio. Entre junio y agosto, se estima una probabilidad entre 60% y 70%, mientras que de julio a octubre de 2023 la probabilidad aumenta a 80%.

 

La pesca y la energía, afectadas por "El Niño"

 

Hay un 66% de probabilidades de que la temperatura media mundial anual cerca de la superficie aumente más de 1,5 °C entre 2023 y 2027, de acuerdo con la OMM. A su vez, el organismo internacional adelantó que existe un 98% de probabilidades de que al menos uno de los años del quinquenio, o todo el período, sean los "más cálidos jamás registrados".

 

En sintonía con eso, Vega aseguró que "durante los próximos cinco años las aguas ecuatoriales y las costeras de Sudamérica, sobre todo en las costas chilenas y peruanas, se tornarán más cálidas" y advirtió que esta situación resulta "desfavorable" en algún punto.

 

"El anticiclón chileno que usualmente arrastra aguas frías desde la Antártida hacia latitudes tropicales y ecuatoriales se debilita y la corriente fría de Humboldt disminuirá su intensidad", indicó Vega. El fenómeno es perjudicial porque esas corrientes son las que arrastran los nutrientes de las profundidades del océano hacia la superficie y aseguran la cadena alimenticia acuática.

 

Ante la falta de esos nutrientes, los peces más grandes migran a otras regiones y eso tiene impactos en la actividad pesquera. En ese sentido, el experto advirtió que en países como Ecuador y Perú, la pesca "se verá afectada considerablemente".

 

 

Respecto a las precipitaciones, "el sur oriente de Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay y el norte de Argentina van a tener sobreoferta de agua" a diferencia de los países de Centroamérica y el norte de Sudamérica, donde se experimentará una reducción considerable de las lluvias. La agricultura, por tanto, se verá favorecida en estos países, estimó el experto.

 

Las lluvias podrán ser un respiro para los países del Cono Sur, que se vieron afectados por grandes sequías y algunos alcanzaron incluso récords históricos de déficit hídrico.

 

La falta de lluvias estará ligada también con la producción de energía. En ese sentido, los países de la zona ecuatorial que reduzcan sus niveles de agua en los embalses para la producción de energía, deberán suplantar la forma de producirla, lo que podría generar un impacto en el precio, advirtió Vega. En cambio, "los países del Cono Sur tendrán mayores volúmenes de agua o niveles de agua en los embalses y una sobreoferta de energía".

 

A nivel mundial, el incremento en el promedio de temperatura generará un recalentamiento en las partes orientales de los océanos y probablemente eso pueda generar mayor producción de ondas tropicales —un sistema de baja presión que puede generar tormentas y huracanes—.

 

"Es probable que después que ocurra el fenómeno El Niño se pueda tener unas temporadas con ondas tropicales bastante intensas y se pueda generar la formación de algunos huracanes atípicos", adelantó Vega, agregando que los pocos que se formen podrán ser muy intensos debido al calentamiento de la temperatura de los océanos.

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