No hemos sido enseñados a sentir: Pablo López, orfebre poblano

No hemos sido enseñados a sentir: Pablo López, orfebre poblano

Foto: Eduardo Sánchez y Enfoque

Las carencias en la educación debido a su predominante orientación a las ciencias propicia la falta de identidad con el arte público, lo que afecta gravemente el consumo y apreciación de las obras que adornan la capital, así lo señala Pablo López Artasánchez, orfebre a cargo del mantenimiento de la maqueta a escala de Puebla, la cual ha sido vandalizada en reiteradas ocasiones.

 

En entrevista para Imagen Poblana, el artista habló sobre los procesos de desarrollo que ha tenido que afrontar para elaborar las distintas obras que ha llevado a cabo y, por tanto, hace un llamado a la sociedad, pero en especial a los más jóvenes, para buscar profundizar en la apreciación artística con el objetivo de dignificar este tipo de trabajos.

 

Pablo López emana de una familia donde la orfebrería ha estado presente desde hace cuatro generaciones, con su tatarabuelo quien era joyero y militar. En la Batalla del 5 de Mayo, llegó bajo las órdenes de Porfirio Díaz a defender la ciudad y posteriormente se quedó en la intervención francesa para aprender orfebrería de los invasores.

 

Su bisabuelo, Miguel Ignacio López Rodríguez, se dedicó a la reproducción de temas religiosos y ocasionalmente cubriendo encargos de las clases gobernantes, con estos trabajos, la actividad familiar tuvo un impulso importante, tanto que su bisabuelo fue el encargado de elaborar el marco que adorna la pintura de Nuestra Señora de Guadalupe, conocida comúnmente como la Virgen de Guadalupe que está en la Basílica, ubicada en las faldas del cerro del Tepeyac.

 

Con su nacimiento, perpetuó el trabajo de orfebrería, donde explica que para llevar a cabo las maquetas y esculpir distintas obras debe llevar a cabo un trabajo profundo de investigación, conociendo a las personas relacionadas al tema, los lugares que busca retratar, buscando captar cada esencia en las historias que recoge entre la gente para luego reflejar esos sentimientos en cada trazo de diseño y compostura del modelado final.

 

 

En la ciudad, Pablo ha sido el autor de obras como “Mujer, Fuerza que Mueve al Mundo”, ubicada a un costado del teatro principal y con ayuda de su hermano, Bernardo López, llevó a cabo el Ángel de Puebla, por encargo del entonces presidente municipal Enrique Doger, así como elaboraron la maqueta del Centro Histórico de la ciudad que vio la luz en la administración de Cañedo Benítez, pero llegó al centro durante la administración de Blanca Alcalá en 2008.

 

Durante estos años, la obra ha sido vandalizada en reiteradas ocasiones, pero esta no es la primera vez que ve sus obras siendo víctimas de robo y aunque los avisos sobre estos actos han llegado hasta autoridades como Berenice Vidal, gerente del centro histórico, señala entender estas situaciones, como la falta de apreciación cultural, una muestra de la mala orientación que ha tenido la educación en la ciudad, pero que no se limita a este sector, pues indica que tanto gobiernos como críticos sociales están en este grupo.

 

No hemos sido enseñados a sentir, ¿qué busca hacer una obra de arte? que quien la observa, le provoque sentimientos de aceptación, de rechazo, de gozo; de imaginarse el hecho, hablando de un momento en particular, sientes a través de observar”, dijo.

 

De tal manera, un mensaje que puede emitir a las generaciones más jóvenes, es que puedan capacitarse de la forma en que lo hacen con temas profesionales o de intereses personales, pero teniendo incidencia en arte y cultura.

 

“Lo que puedo decir, es que siempre desarrollen el gusto por algún arte, o sea, aunque sea nada más escuchar música, métanse un poco más, te tienes que meter a fondo para entenderlo mejor, para que tú como ser humano seas un mejor ser humano a través de la apreciación y del desarrollo de las artes”, concluyó. 

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