Y a todo esto, ¿qué es la izquierda y la derecha en la política?

En México se vive un ambiente de discusión política muy pronunciado desde hace años. Los diferentes actores y grupos se caracterizan por tener definiciones de lo que buscan y cuáles son sus objetivos, por lo que suelen inclinarse a dos ideologías concretas: ser de izquierda o de derecha. Con frecuencia se escucha hablar de estos dos términos, pero casi nunca se explican.

El 28 de agosto de 1789 en Francia se formó la Asamblea Constituyente para determinar si el país seguiría bajo el mandato de la monarquía de Luis XVI o si debía dar un cambio a una revolución. Dada la acalorada discusión de ese momento, se tuvo que hacer separación de bandos para llevar a cabo el diálogo. Quienes defendían la continuidad de la corona se sentaron a la derecha del presidente de la asamblea. Por otra parte, quienes buscaban una nueva forma de gobierno se colocaron a la izquierda.

Desde ese momento fue como se tomó la definición de quienes tenían un pensamiento más revolucionario y democrático frente a los grupos más conservadores. Han pasado más de 200 años desde ese momento, por lo que las concepciones de cada ideal han mutado. Entonces, ¿qué significan actualmente?

El significado puede ser variado dependiendo del momento histórico, el espacio geográfico o la forma de gobierno de una nación. Algo que en un país puede ser inclinado de izquierda, en otro puede llevar la etiqueta de derecha.

En términos generales, la izquierda se define como una corriente política donde se persigue la igualdad social y económica. En este sentido, se busca que se dé la justicia social y se protejan los derechos sociales, haciendo énfasis en el empoderamiento de los trabajadores y los grupos más desprotegidos.

Una de las principales características es la participación activa del estado en todos los ámbitos, incluido el económico, pero también en la provisión de servicios básicos como la alimentación, salud y educación. Según el socialista alemán Peter Glotz, el pensamiento de izquierda tiende a ser racional y deductivo, siempre enfocado a los derechos humanos y el fortalecimiento del estado.

La izquierda persigue el estado de bienestar del que se puede beneficiar toda la población, siempre con recolección de impuestos de las grandes riquezas, así como la distribución de esta para los sectores más desprotegidos. También se centra en la conformación de políticas más progresistas en derechos civiles, igualdad de género, seguridad y protección del medioambiente, aunque esto también se puede abordar desde otros ideales.

En contraste, la derecha pretende mayores libertades individuales, con responsabilidad personal y sin intervenciones. Esto se denota más en lo económico y social. En el primer rubro, la derecha está en constante búsqueda de que las empresas tengan libertades, que no haya regulaciones de parte del estado y se defiende la propiedad privada, siendo la iniciativa privada el motor del desarrollo económico de un país.

Bajo esta premisa, parte de las políticas estarán enfocadas al fomento de la competencia económica y el libre mercado sin restricciones. Del mismo modo que al principio se defendía la conservación del orden jerárquico, ahora se pretende que las desigualdades sean combatidas individualmente con el esfuerzo propio y el mérito.

En lo social, en la derecha se defienden los valores tradicionales de la convivencia, es decir, se le da más peso al modelo convencional de la familia, la religión vuelve a tener más consideración, se defiende la propiedad privada y se promueve el nacionalismo, así como la seguridad de un país. No se da mucha apertura a los cambios sociales progresistas ni a la inclusión de nuevas ideas para un orden previamente establecido.

Cada parte va cambiando, pero ambos coinciden de manera contrastante en que pueden llegar al extremismo de pensamiento. En algunos rasgos de la izquierda, el estado puede girar en torno al capital, pero la ultraizquierda es singularmente anticapitalista. En esta perspectiva, el estado se atribuye todas las funciones económicas, se nacionaliza la propiedad privada y se dan oposiciones a las intervenciones internacionales que puedan poner en riesgo su funcionamiento.

Por otro lado, la ultraderecha está basada en torno al ultranacionalismo y un conservadurismo más férreo de la moral, siendo restrictiva con aspectos como la eutanasia, el aborto o las relaciones homosexuales, así como las familias homoparentales. Aunque la derecha normal no se posiciona contra la migración mientras sea regulada, los ultraderechistas no creen en la fusión cultural y defienden la raza y la pureza de una cultura.

Hay quienes consideran que no todo tiene que ser una dicotomía, pues abogan por un punto medio en donde ambas filosofías puedan concurrir. Generalmente se concibe como una ideología en la que no se toma una partida tajante de un solo lado, solo algunos conceptos moderados, ya sea de izquierda o derecha.

Ser de centro no implica no definirse de una corriente, sino aceptar que convergen y que se puede ser de derecha con ideas progresistas, o de izquierda con pensamientos conservadores.

¿Cómo se aplica esto en México?

En nuestro país hay grupos políticos y partidos que tienen diferentes corrientes que se estipulan en sus estatutos. El Partido Acción Nacional (PAN) está definido como un partido de derecha, con ideales conservadores y que se ha opuesto a movimientos como el matrimonio igualitario en algunos estados. Junto a ellos se puede encasillar al desaparecido PES, que también se decía defensor de los valores tradicionales de la familia y estaba en contra del aborto.

Otro sector es el de centro derecha, en donde se puede clasificar a partidos como el Verde Ecologista, que si bien, tiene fundamentos en las luchas medioambientales y la justicia social, sus políticas están más encaminadas a la liberación económica y ciertos valores conservadores.

Por su parte, en los estatutos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se define como un partido socialdemócrata. Sus objetivos son el combate a las injusticias sociales y el crecimiento económico, por lo que se le puede considerar de centro izquierda.

Más cercano a los ideales de izquierda se pueden encontrar más partidos, aunque no siempre sigan las normas de lo que significa esta corriente. Morena, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el Partido del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano son de izquierda con pilares en la socialdemocracia.

Sus fijaciones están en el empoderamiento de las clases trabajadoras, la mejora de condiciones, el fortalecimiento y participación del estado en diferentes actividades de la vida pública, incluida la economía, así como la inclusión de minorías. Normalmente se centran en las políticas progresistas y le dan cabida a otro tipo de organizaciones para la convivencia social, como son los matrimonios de parejas del mismo sexo y la adopción homoparental, al igual que pueden estar a favor de la interrupción del embarazo.