El origen de la vida en la Tierra es uno de los temas que más ha intrigado a los científicos a lo largo de los años, por lo que han surgido diversas teorías que tratan de explicarlo, una de las más aceptadas es que comenzó durante el eón Hádico, hace entre 4,000 y 4,550 millones de años, aunque las condiciones ambientales que impulsaron los procesos químicos que la originaron han sido objeto de debate durante décadas.
En este sentido, una nueva investigación hecha por un equipo internacional de científicos señala que los primeros componentes básicos para la vida en la Tierra pudieron formarse gracias a las erupciones del Sol.
Desde finales del siglo XIX, los científicos han especulado con la posibilidad de que la vida surgiera en estanques con agua rica en sustancias químicas, que al entrar en contacto con rayos, calor y otras formas de energía, generaron moléculas orgánicas, conocidas como aminoácidos.
Hace 4 mil millones de años nuestra estrella era mucho más activa que hoy, y generaba grandes erupciones y tormentas solares. Un nuevo estudio apunta a que los primeros bloques de construcción de la vida pudieron haberse formado debido a esas erupciones solares tempranas. pic.twitter.com/5LZpWm1KEC
— Doctor Fisión (@doctorfision) May 3, 2023
En la década de 1950, el profesor de la Universidad de Chicago Stanley Miller trató de probar esta hipótesis al recrear las condiciones primordiales en un laboratorio, en un experimento llamado Miller-Urey, donde llenó una cámara cerrada con metano, amoníaco, agua e hidrógeno molecular, elementos predominantes en la atmósfera primitiva terrestre. Posteriormente, introdujo una chispa eléctrica para simular un relámpago, descubriendo que se formaron 20 aminoácidos diferentes.
A pesar de esto, las investigaciones recientes señalan que la cantidad de amoniaco y metano que había en la atmósfera primitiva era mucho menos abundante, además, se cree que había mayores concentraciones de dióxido de carbono y nitrógeno molecular, lo que requiere de más energía para descomponerse y producir aminoácidos.
Los autores del nuevo estudio probaron la hipótesis de que la fuente de energía que dio origen a los compuestos orgánicos provenía de partículas solares. Para hacer esto, reprodujeron dos veces el experimento de Miller-Urey, la primera íntegramente, mientras que en la segunda utilizaron protones como fuentes de energía, para simular las partículas solares.
El trabajo realizado ha demostrado cómo las partículas solares, al chocar contra la atmósfera de la Tierra, pueden formar aminoácidos y ácidos carboxílicos. Estos son bloques básicos para vida ya que forman parte de las proteínas de los seres vivos. pic.twitter.com/QLUiRjZTC3
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Los expertos compararon el resultado de ambas pruebas, descubriendo que con concentraciones bajas de metano (0.5 %) la mezcla energizada con protones producía cantidades detectables de aminoácidos y ácidos carboxílicos, a diferencia de la que recibió descargas eléctricas, como en el experimento original, que requirieron concentraciones del 15 % antes de que se formara en ella algún aminoácido.
De acuerdo con Vladimir Airapetian, coautor del estudio, las partículas solares son una fuente de energía más eficaz que los rayos, pues en la Tierra primitiva, debido a las condiciones ambientales, no habrían tenido la potencia necesaria para causar reacciones químicas que originaran aminoácidos.
"Estos experimentos sugieren que nuestro joven y activo Sol podría haber catalizado los precursores de la vida más fácilmente, y, quizá, antes de lo que se suponía", concluyó el científico.