El 8 de mayo de 1980, la Organización Mundial de la Salud declaró oficialmente erradicado el virus de la viruela, una enfermedad que tan solo durante el siglo XX provocó al menos 300 millones de muertes en todo el mundo. El camino a una vacuna tomó más de 200 años, aunque este no fue el único factor para lograr su erradicación.
Fue el británico, Edward Jenner quien condujo al desarrollo de la vacuna contra la viruela en 1796, desde ese tiempo, los diversos avances en medicina permitieron que, para mediados de 1950, los países ricos priorizaran las campañas de vacunación.
En 2020, el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó que “la viruela es la única enfermedad humana erradicada”. Justamente, la OMS es una organización que se creó tras la Segunda Guerra Mundial y tuvo como uno de sus principales objetivos que la viruela fuera erradicada en todo el mundo.
En 1967, la OMS trazó la meta de erradicar la enfermedad en una década y ese año comenzó una megacampaña de vacunación para lograrlo. Hasta ese año, el número de muertes por viruela en el mundo superaba los 2 millones.
#UnDiaComoHoy 1980: la OMS declara oficialmente erradicado el virus de la viruela en todo el planeta.
— Facultad de Ciencias de la Salud (UASD) (@UASDFCS) May 8, 2023
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Pero su eliminación no dependía solo de la vacuna, para este proceso se tuvieron que pasar cuatro niveles; el primero es el control, que sucede cuando la enfermedad continúa en la población, pero las medidas que se implementan mantienen a la enfermedad en un bajo nivel.
El segundo es la eliminación, cuando enfermedad ha sido borrada en algunas regiones y en consecuencia viene la erradicación, cuando la enfermedad ha sido borrada de todos los países en el mundo. El cuarto nivel, que se llama extinción, hace referencia a que el virus ya no existe ni en la naturaleza ni en el laboratorio.
La viruela, además de contar con una vacuna, tiene síntomas fáciles de detectar, por lo que aislar a las personas contagiadas fue un trabajo relativamente fácil, lo que contribuyó al control del virus. Además, la viruela no tiene reservorios animales, lo que evitó que la enfermedad pudiera persistir.
Otro aspecto destacable es que el virus no tenga variantes antigénicas, es decir, tiene un solo tipo de virus. De esta manera, el último caso reportado de viruela se registró en Somalia en 1977 y un año después, la meta de erradicación de la OMS fue alcanzada convirtiéndose en la única enfermedad eliminada en humanos.
A pesar de las investigaciones en el campo de la medicina ante otros padecimientos, no han existido enfermedades que presenten los mismos escenarios que la viruela para lograr pasar por los primeros niveles de contención y eliminación, como el caso del COVID-19, un padecimiento que fue señalado de ser asintomático en algunos pacientes contagiados, lo que dificulta su rastreo y contención.