En Coahuila, dos niños de 11 y 13 años podrían ingresar a la universidad tras ser considerados niños superdotados, un diagnóstico que, en México, suele confundirse con el TDAH o Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad, por ello es importante reconocer las señales que pueden dar los menores para canalizarlos a una educación especializada, pero ¿cómo se identifica a un niño superdotado?
El método infalible es la prueba IQ, que se hace mediante un sistema calificado de psicometría. Desde principios del siglo XX se desarrollaron escalas numéricas para medir la inteligencia de una persona, de ellas surgió el Coeficiente Intelectual, conocido como CI o IQ. Esta escala compara la inteligencia de una persona contra la del promedio de la sociedad.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la sobredotación intelectual se define como una inteligencia mínima de dos desviaciones por encima de la media, equivalente a un coeficiente intelectual superior a los 130 puntos mientras que el promedio se encuentra en 100 puntos.
En México, se estima que el 3% de la población infantil tiene sobredotación, por lo que cerca de un millón de niños formarían parte de este consenso. Por otro lado, el Centro de Atención al Talento CEDAT señala que, en el país, por cada 3 diagnósticos de TDAH, 2 son incorrectos debido a que se trata de niños superdotados que fueron mal identificados.
Por tanto, el 93% de los niños superdotados en México están confundidos con TDAH, Asperger o autismo haciendo que reciban tratamientos médicos innecesarios, sin obtener la atención psicoeducativa diferenciada que requieren, pues un menor con estas características aprende entre un 30 y 40% más rápido que el promedio.
Otras señales para identificar a niños superdotados antes de hacer una prueba de IQ son que la hiperactividad, se distraen fácilmente en las clases, son solitarios, se aburren y aprenden temas más avanzados, pues se sienten más atraídos por asuntos más complicados.
Una vez que un menor sea detectado y dependiendo de su diagnóstico, se brindan programas de terapia y capacitación, para ello existen muchos centros especializados en niñas, niños y jóvenes superdotados, como el CEDAT, que es la institución más grande en toda América Latina.
Entre los puntos a destacar en su programa educacional, es que deben tener una atención diferenciada, ya que requieren tomar clases con niños que tengan su misma condición y también con maestros que sean especialistas en las materias.
No se busca que los menores salten grados, pues se mantienen en su grado correspondiente, solo que a un ritmo más acelerado con temas más complejos.
Los niños superdotados deben de cursar todos los grados, sin brincar ninguno, solo que van más rápido, por ejemplo, a los 15 o 16 años ya van a la universidad, siendo el objetivo principal que vayan a su propia velocidad.