Atentados contra presidentes: Putin no es el primero

Las oficinas del Kremlin dieron a conocer una noticia más impactante relacionada con el conflicto que se vive entre Rusia y Ucrania, pues acusaron un intento de asesinato contra el presidente Vladimir Putin. Los rusos sostienen que derribaron dos drones que tenían como objetivo el Kremlin, algo que el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, ha negado.

El gobierno ruso consideró el acto como un atentado terrorista, a lo que los ucranianos respondieron con negativa, alegando que su objetivo es la liberación de su territorio de la invasión rusa. Putin no estaba en el edificio en ese momento, pero los supuestos drones fueron derribados en las inmediaciones del edificio presidencial, sin daño humano ni material.

Este es un tema especialmente delicado, pues el intento de asesinato de un presidente puede desencadenar alteraciones a las políticas de un país. A lo largo de la historia, se han dado múltiples atentados en contra de mandatarios, algunos con éxito y otros que quedaron solo como una advertencia.

Hace más de un siglo en México se vivió algo similar, aunque en aquella ocasión sí se logró el cometido de terminar con la vida del presidente, cuando asesinaron a Venustiano Carranza. Los hechos ocurrieron el 21 de mayo de 1920, cuando Carranza estaba de visita en Tlaxcalantongo, en la Sierra Norte de Puebla, y fue víctima de un ataque armado.

Impulsado por las persecuciones de sus adversarios, intentó huir a Veracruz y, en su paso por Puebla, fue asesinado en la madrugada por individuos enviados por su rival político.

 Nicolás Maduro es considerado un dictador y hombre antidemocrático que ha conducido a Venezuela a la pobreza, igual que lo hizo Hugo Chávez. Por ello, se ganó el repudio de la gente, algo que incluso le valió un intento de asesinarlo el 4 de agosto del 2018. En medio de un desfile militar, Maduro pronunciaba su discurso sobre la avenida Bolívar y se desató el caos por una explosión en el cielo.

Dos drones que tenían como objetivo acercarse al presidente venezolano para explotar fueron derribados en el aire y estallaron. Maduro culpó a los opositores de derecha y su colusión con el gobierno colombiano, algo que se negó en todo momento. Hubo arrestados que fueron torturados, pero también hay sospechosos que quedaron prófugos.

Quizá uno de los atentados más recordados en contra de un jefe de estado es el de John F. Kennedy. A sus 43 años, se convirtió en el presidente más joven de la historia de Estados Unidos por el Partido Demócrata, pero sólo logró estar en el cargo poco más de dos años.

El 22 de noviembre de 1963, mientras hacía un recorrido en un auto descapotable por las calles de Dallas acompañado de su esposa, recibió dos impactos de bala que acabaron con su vida. Supuestamente, el culpable fue Lee Harvey Oswald, un exmarine de los Estados Unidos.

Thomas Sankara era considerado el “Che Guevara” africano cuando gobernaba Burkina Faso. Su mandato abarcó de 1983 a 1987, años en los que destacó la organización social y democrática que resultaron en políticas contra la corrupción, mejoras de la educación, apoyos a la agricultura y defensa de los derechos de las mujeres, además de una vida austera para él y el resto de servidores públicos.

Aun con los beneficios que brindó a su población, el 15 de octubre de 1987, a sus 37 años, fue asesinado en medio de un golpe de estado. Esto llevó a uno de sus allegados, Blaise Campaoré, a ocupar la presidencia del país africano, pero luego fue considerado uno de los autores intelectuales del asesinato de Sankara; actualmente está exiliado en Costa de Marfil.

Uno de los casos más recientes en América fue el de Jovenel Moïse, otrora presidente de Haití. En medio del descontento de la población que vive mayormente en la pobreza y con un ambiente de inseguridad, Moïse fue asesinado por hombres armados en su propia casa, el 7 de julio de 2021.

Una investigación del New York Times dio a conocer que los asesinos de Jovenel se llevaron documentos de su domicilio, y que el motivo principal del magnicidio fue por las intenciones de enviar a Estados Unidos a personas vinculadas con el narcotráfico.