Casi una quinta parte de los comercios del noreste del Reino Unido se han visto obligado a cerrar, frente a uno de cada 10 en el sur, informa 'Daily Mail'. Las principales razones son las consecuencias de la pandemia de COVID-19 y el aumento de las facturas de electricidad tras las sanciones contra los recursos energéticos rusos.
El mayor número de tiendas vacías se registra en el noreste del país (17,5%), Gales (16,5%) y Midlands Occidentales (15,8%), de acuerdo con las cifras publicadas por el British Retail Consortium (BRC).
La londinense Oxford Street también sufrió golpes económicos y otras grandes marcas como Topshop, Debenhams y House of Fraser tuvieron que cerrar todas sus sucursales. Muchos espacios vacantes de la zona occidental de la capital del país ahora son alquilados por pastelerías estadounidenses.
Los datos del Centro de Investigación del Comercio Minorista muestran que en 2022 cerraron definitivamente un total de 17.145 tiendas, lo que equivale a una media de 47 al día. La cifra total es casi un 50% superior a los 11.449 comercios que cerraron en 2021 durante la pandemia de COVID-19.
De acuerdo con la publicación, la razón principal es el aumento de las facturas de electricidad. La subida de los precios de la energía y el aumento vertiginoso de la inflación de dos dígitos en todo el país también se debieron en parte a las sanciones occidentales impuestas a Rusia por su operación militar especial en Ucrania.
La situación con las facturas no solo afecta a las tiendas, sino también a los restaurantes. Por ejemplo, la cadena italiana Prezzo anunció que cerrará 46 restaurantes deficitarios muy afectados por la subida de los precios de la energía y los alimentos. Desde la empresa afirmaron que unos 810 trabajadores podrían ser despedidos. Además, la cervecera CAMRA reveló que en 2022 cerraron cerca de 1.039 pubs, en contraste con los 504 que se reportaron durante el 2021.
También influyó al cierre de las tiendas la pandemia de coronavirus, durante la cual aumentó el interés por las compras en línea. Todas estas razones obligaron a los operadores del mercado a cerrar.
Mientras tanto, la crisis del costo de vida en el Reino Unido sigue ganando impulso, ya que los alimentos básicos son ahora hasta un 80% más caros que en el 2022, de acuerdo con Consumer Watchdog.