Violencia vial: cuando la gente pierde los estribos detrás del volante

Violencia vial: cuando la gente pierde los estribos detrás del volante

Foto: Enfoque

La violencia vial es un concepto que ha comenzado a ganar terreno y tener reconocimiento por parte de las autoridades, pues incluso en algunos países se habla de que podría llegar a ser un tema de salud pública.

 

Pero a todo esto, ¿qué es la violencia vial y cómo repercute en la vida de los conductores, transeúntes, ciclistas y motociclistas que conviven en una misma ciudad?

 

Los especialistas en el tema señalan que el término se refiere a cualquier reacción violenta que se registra en una vía pública y en la que tienen que ver por lo menos dos personas, que confluyen en un mismo espacio.

 

La diferencia más marcada es que generalmente se puede dar entre un peatón y un automovilista, dos motociclistas, un ciclista y un automovilista y cualquier combinación que tenga que ver con individuos que utilizan una misma vialidad.

 

Te interesará leer: Cafre invadió Vía Recreativa en la Recta y mató a joven ciclista

 

Es común referirnos a estos conflictos viales pensando que se tratan de hechos aislados y que no tienen que ver con una situación que requiera atención por parte de las autoridades, ya sea en materia de salud o en seguridad pública.

 

En Puebla, podemos ver casos recientes como lo ocurrido el pasado domingo en la Vía Recreativa de la Recta a Cholula, donde un conductor intoxicado con alcohol y cocaína violó las vallas de seguridad e irrumpió en esta actividad atropellando a tres ciclistas, de los cuales uno de ellos murió.

 

En este caso, la intoxicación del conductor sirve como explicación, pero no como justificación de lo ocurrido, pues finalmente el conductor al momento de atropellar a los ciclistas no se detuvo, e incluso, posteriormente protagonizó otra agresión a policías municipales de Coronango, a quienes les chocó una patrulla.

 

En redes sociales podemos ver otro tipo de manifestaciones como cuando dos conductores deciden detener sus vehículos y liarse a golpes porque uno de ellos le dio un cerrón al otro o simplemente porque no lo dejó rebasar.

 

El simple hecho de tocar el claxon en repetidas ocasiones por la presunta omisión de otro conductor ya puede ser clasificado como violencia vial, esto sin mencionar que se trata de contaminación auditiva.

 

 

En países como España o Argentina, la violencia vial ya ha comenzado a ser vista como un problema de salud pública, pues tiene que ver con enfermedades de salud mental como el estrés, el cual puede explotar en una persona al momento en el que se ve involucrado en un hecho de tránsito.

 

Las manifestaciones violentas también obedecen a problemas de salud mental que merecen de un tratamiento específico, e incluso, los conductores que se ven involucrados en casos de este tipo, en esos países, no solamente tienen que responder por daños o lesiones, sino que tienen que acudir a cursos para el manejo de la ira.

 

En México no se cuenta con esta modalidad para obligar a los conductores que se ven involucrados en un conflicto vial y reaccionan de forma agresiva a ir a cursos de manejo de la ira, una situación que según datos de otros países, podría repercutir de manera positiva en la reducción de hechos violentos en la vía pública.

Notas Relacionadas