La cemita es uno de los platillos más icónicos de la gastronomía poblana y aunque hay recetas con ingredientes muy típicos, algunos cocineros no han perdido la oportunidad de innovar y experimentar con este manjar.
Actualmente se lleva a cabo en la Feria de la Cemita frente al Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec, donde se pueden disfrutar justamente las tradicionales cemitas poblanas, pero también algunas recetas experimentales.
¿Dónde surge la cemita?
Como gran parte del acervo gastronómico poblano, la cemita surge en la época colonial, sin precisarse una fecha o conmemoración de referencia, pues se trataba de un pan que en su momento era tan popular como lo es ahora una torta.
A pesar de que hoy en día la cemita es más costosa que otros panes, su origen es humilde porque su preparación no requería de ingredientes de alta calidad y era considerada comida para las clases bajas.
Esto se debe principalmente a que su preparación está hecha a base de harina de trigo mezclada con agua y sal, no contiene levadura y esto le permite mantenerse más tiempo de forma fresca, situación que favorecía a su conservación por más días.
Este pan llegó a la Nueva España a través de los conquistadores, pero posteriormente iría perfeccionándose con la intervención de panaderos franceses y algunos cocineros árabes, que también eran asiduos consumidores de este pan.
El relleno se fue uniendo con el tiempo y de acuerdo con las posibilidades de cada familia, situación que podemos ver hoy en día, pues para algunos la tradicional será de milanesa, mientras que para otros podría ser de pata o solamente de queso.
Algunos expertos culinarios consideran que la cemita sirvió de inspiración para otros platillos muy populares como los pambazos y las tortas, que no solamente se consumen en Puebla, sino en otros estados de la República.
Nuevas tendencias
Mientras que para los puristas la cemita únicamente debe de ser de milanesa, muchos cocineros han decidido cambiar la receta tradicional y ofrecer algo diferente para los paladares aventureros.
Durante esta Feria de la Cemita, encontramos algunas de estas atrevidas variedades, como la cemita de chalupas que mezcla dos platillos típicos de la gastronomía poblana.
Algunos cemiteros también decidieron utilizar aderezos o ingredientes adicionales que podrían darle un sabor diferente a una cemita, independientemente de los gustos de cada persona.
Es por ello que se pueden encontrar cemitas con chapulines, cemitas con helado, con frituras tipo Doritos, entre otras.
Sobre la proteína principal también hay algunas variantes, pues se puede degustar cemita con carne de conejo, con carne de jabalí o hasta con carne de avestruz.