Cortar las orejas y la cola a un cachorro es una práctica que muchas personas suelen llevar a cabo a pesar de estar penada por la ley y no ofrecer ningún beneficio para la calidad de vida de los animales. En Puebla, hacerlo te puede costar una multa de hasta un millón de pesos.
El origen de estas mutilaciones se dio principalmente con los perros que eran usados para peleas, de esta forma evitaban tener zonas vulnerables frente a sus atacantes. Con el paso de los años, la práctica se popularizó entre ciertas especies y se comenzó a hacer solo por estética.
Sin embargo, expertos en medicina veterinaria señalan que estas acciones solo perjudican a los animales, al grado de que en varios países ya está prohibido, dado que se trata de una intervención quirúrgica, la cual es muy dolorosa e implica una serie de riesgos para la salud.
Los perros manifiestan su estado de ánimo en gran medida a través del lenguaje corporal. Su cola y orejas son dos partes fundamentales en su capacidad de expresión, nos ayudan a entender lo que tratan de comunicar, además, sirven para entablar comunicación con otros perritos.
Una intervención quirúrgica en las orejas también provoca afectaciones en el pabellón auricular, generando una disminución en la audición y los movimientos. Además, el animal se vuelve más propenso a la otitis. Esto sin mencionar que la recuperación suele ser lenta y la cicatrización compleja, lo que deja al perro mucho más vulnerable a las infecciones.
De acuerdo con datos de la Canadian Veterinarians Medical Asociation (CVMA); de la American Veterinarian Medical Asociation (AVMA); de la Californian Veterinary Medical Asociation (CVMA) y la Universidad de Barcelona (UAB), no hay ninguna evidencia científica que indique que el corte de orejas sea algo bueno a nivel estético o funcional.
Sobre las amputaciones de cola, estas también representan un riesgo para los canes, pues no se trata de un simple corte, en la amputación se seccionan cartílagos, nervios, vasos sanguíneos y otros tejidos, lo que puede causar dolor crónico, causar atrofia y degeneración en la pelvis, además de desencadenar problemas de incontinencia fecal.
Puebla es uno de los 15 estados que han tipificado estos actos como delitos. En 2020, el Congreso local aprobó por unanimidad de votos prohibir que los dueños de las mascotas en el estado lleven a cabo procesos de mutilación con fines estéticos.
Con el objetivo de detener el maltrato animal y castigar a las personas que lo cometen, lo que incluye las peleas clandestinas de perros, se interpusieron sanciones que van desde multas hasta cuatro años en prisión, aunque estas pueden aumentar al depender de la gravedad de los hechos. Hablando monetariamente, una persona que incurra en esta falta puede ser acreedor de una multa de 1,768 pesos a 1’768,800 pesos.
De esta manera, el artículo 65 de la Ley de Bienestar Animal sanciona con 20 a 20,000 UMAS a las personas que lleven a cabo mutilaciones en animales con la finalidad de modificar su apariencia, sin razón médica o curativa, lo que incluye el corte de cola, orejas, sección de las cuerdas vocales y la extirpación de uñas y dientes. También se prohíbe la venta de animales que hayan sido objeto de mutilaciones sin justificación médica.
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