Un país pobre, el “ganón” del avión presidencial

En la recta final de su sexenio, el presidente Andrés Manuel López Obrador finalmente logró concretar la venta del avión presidencial; sin embargo, esta transacción ha vuelto generar polémica pues el comprador es un país de medio oriente del que seguramente muy pocos mexicanos habían escuchado. 

Fue ayer cuando el presidente de la república confirmó la venta del avión a Tayikistán, quien hizo un pago por 1’658,684,400 pesos, cifra bastante onerosa para un país de menos de 10 millones de habitantes. 

El último censo publicado por la República de Tayikistán muestra que hasta el 2020 contaban con 9’475,000 habitantes, siendo una población cuyo idioma oficial es el tayiko, aunque por estar cerca de la frontera rusa e incluso haber pertenecido a la Unión Soviética, algunos de sus habitantes también hablan ruso. 

Su moneda oficial es el Somoni y el tipo de cambio actual dice que es equivalente a 1.65 pesos mexicanos, pero, a pesar de su moneda, es considerado un país pobre, pues su economía se centra en la extracción de minerales, la agricultura y, al igual que México, dependen en gran parte de las remesas de sus ciudadanos. 

Políticamente, la República de Tayikistán tiene apenas 32 años siendo un país independiente luego de que en 1991 obtuvo su independencia de la Unión Soviética, aunque esto estuvo precedido de una guerra civil que concluyó hasta 1997. 

En medio de esta guerra, específicamente en 1994, Emomali Rahmon asumió como presidente, pero desde entonces mantiene el poder pues de acuerdo con organizaciones internacionales su sistema electoral sufre de múltiples irregularidades y abusos. 

¿Ganó o perdió México? 

El monto por el cual fue vendido en el avión presidencial despierta polémica debido a que a grandes rasgos podría parecer una pérdida ya que en 2012 el gobierno de Felipe Calderón adquirió dicho avión por 114.6 millones de dólares, mientras que la venta fue por 92 millones. 

Esta diferencia de 22 millones de dólares podría verse como una pérdida para el país; sin embargo, hay que tener en cuenta que, como cualquier producto, el avión presidencial tuvo una depreciación por el paso de los años. 

Si nos apegamos más al flujo de la economía podemos notar que incluso habría una ganancia, pues, al momento en el que se compró el avión, por el tipo de cambio fueron 1,547 millones de pesos lo que pagó el Gobierno de México por dicha aeronave, lo cual es menos en comparación con los 1’658,684,400 de pesos que recibirá por él. 

También es cierto que durante este periodo el gobierno mexicano tuvo que hacerse cargo del arrendamiento y mantenimiento, incluso cuando el avión no estuvo en uso. 

¿Y la rifa? 

Otro tema relacionado con la venta del avión presidencial fue la rifa que se organizó en septiembre del 2020 y que tenía como premio mayor dicho avión, aunque en realidad este nunca se rifó o por lo menos el boleto ganador nadie lo compró, según el dicho de las autoridades. 

En total en la Lotería Nacional pagó 62 premios por 20 millones de pesos a cada uno, recursos que se pagaron a través de la venta de cada uno de los boletos, aunque eso no quiere decir que la rifa haya salido gratis pues, en realidad, el gobierno de México tuvo que pagar otros 71 millones por gastos de servicios, materiales, suministros y servicios generales. 

Pasaron alrededor de dos años para que finalmente se concretará el pago a los ganadores, entre las cuales estaban algunas escuelas y, supuestamente, algunos hospitales, aunque muy pocos de estos hicieron público si en verdad recibieron el dinero y en que lo habrían utilizado.