Un equipo de científicos del Instituto Italiano de Tecnología ha creado una batería totalmente comestible y recargable. Este dispositivo tiene como objetivo ayudar en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades del tracto gastrointestinal.
El prototipo funciona a través de una inofensiva tensión eléctrica de 0.65 voltios, además, es capaz de proporcionar una corriente de 48 microamperios durante doce minutos. Este es un rango necesario para proporcionar alimentación a dispositivos electrónicos diminutos.
"Los potenciales usos futuros van desde circuitos y sensores comestibles que puedan monitorear las condiciones de salud hasta la alimentación de sensores para monitorear las condiciones de almacenamiento de alimentos", explicó Mario Caironi, investigador de electrónica molecular y autor principal de la batería.
#TuDerechoaSaber: Desarrollan una batería completamente recargable y comestible
— Tu Derecho a Saber (@DerechoaSaberDO) April 19, 2023
Detalles en: https://t.co/9QXMrMCsSK pic.twitter.com/wxI7NO3X2B
Para crear este invento, los científicos se inspiraron en las reacciones redox bioquímicas (cuando una molécula pierde electrones y se oxida), que suceden en el interior de todos los seres vivos. A partir de esta idea, los experimentos derivaron en un conjunto de productos alimenticios a partir de los cuales se puede crear una batería completamente comestible.
El ánodo está elaborado con riboflavina, una vitamina B2 que se encuentra en alimentos como las almendras. En cuanto al cátodo, se usó quercetina de alcaparras, además, para aumentar la conductividad eléctrica, los científicos utilizaron carbón activado y el electrolito fue desarrollado a base de agua.
Por otro lado, para evitar un cortocircuito se emplearon algas “nori” (usadas para hacer sushi) como fusibles. Por último, los electrodos fueron encapsulados en cera de abejas, que cuenta con dos contactos de papel de oro de grado alimenticio sobre un soporte derivado de celulosa.