Más de 180 civiles murieron en los enfrentamientos que estallaron el sábado pasado entre el Ejército de Sudán y las fuerzas paramilitares, comunicó el enviado especial de las Naciones Unidas para el país, Volker Perthes.
"Más de 180 civiles fueron asesinados, más de 1.800 resultaron heridos en los últimos tres días", dijo Perthes.
Agregó que dada la situación en el país, la ONU se ve obligada a evacuar a algunos miembros de su personal, que no son de importancia crítica, y a sus familiares.
"Haremos todo lo que está a nuestro alcance para seguir sirviendo al pueblo sudanés tan pronto como podamos", enfatizó.
El pasado 13 de abril, los canales de televisión árabes comunicaron que el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) desplegó sus unidades en la ciudad de Merowe, en el norte de Sudán.
En la noche de ese mismo día, el Ejército sudanés emitió una declaración, según la cual el despliegue de las RSF en Jartum y varias ciudades "era ilegal" y se realizó sin coordinación alguna con las Fuerzas Armadas.
En tanto, el 15 de abril estallaron enfrentamientos entre el Ejército de Sudán y las RSF.
Los paramilitares acusaron al Ejército de haber atacado su base en Jartum, utilizando "todo tipo de armas", y anunciaron la toma del Palacio de la República (sede de la Presidencia), el aeropuerto de la capital y la base aérea de Merowe.
El Ejército, por su parte, desmintió esas declaraciones y aseguró que mantiene el control sobre todas las instalaciones estratégicas, incluido el Palacio Presidencial.
El jefe del Consejo Soberano de Transición de Sudán, Abdel Fattah al Burhan, ordenó la disolución de las RSF por atacar instalaciones estatales y estratégicas.
El Ejército de Sudán afirmó haber capturado las instalaciones de las RSF en las ciudades de Al Damazin, Gedaref, Kasala, Kosti, Puerto Sudán, Kadugli y su mayor base en Jartum, según informó el domingo el diario Sudan Tribune.
El Comité Central de Médicos de Sudán estima en más de 100 civiles las víctimas mortales por los enfrentamientos.