Junto a uno de los cruceros vehiculares más transitados de la ciudad y escondido entre las jardineras y paraderos del transporte público, es como se encuentra hoy en día el monumento de los Fundadores de Puebla, una escultura de más de 90 años que a veces no es correctamente valorada.
Y es que muchas personas desconocen que en el crucero de la calle 14 Oriente y el Bulevar 5 de mayo, justo frente a la iglesia de San Francisco, está este monumento dedicado a cuatro personajes esenciales en el proceso de fundación de la ciudad de Puebla.
Historia del monumento
Con la finalidad de conmemorar los 400 años de la fundación la ciudad de Puebla, las autoridades encargaron al escultor Ernesto Tamariz un monumento con el que se conmemorara la imagen de la reina Isabel de Portugal, Juan de Salmerón, fray Julián Garcés y fray Toribio de Benavente.
Entonces, el 16 de abril de 1931, en los 400 años de la ciudad de Puebla, comenzó la construcción de este monumento que sería instalado en el crucero de la avenida Juárez y la calle 15 Sur, a unos metros del Paseo Bravo.
Aunque el fin de este monumento era conmemorar el cuarto centenario de la ciudad, no fue si no hasta el 30 de mayo de 1935 cuando dicho monumento fue concluido e inaugurado.
El monumento tiene una forma semi piramidal con estilo ecléctico de influencia Art Deco, el cual está dividido en varios niveles con distintas alegorías al proceso fundacional de la ciudad.
En la parte superior está el primer cuerpo donde encontramos a la ciudad representada a través de la imagen de una iglesia colonial debajo de una pirámide mesoamericana.
En el segundo nivel, cuatro ángeles que están sosteniendo la ciudad, en referencia al mito fundacional en el cual fray Julián Garcés soñó que los ángeles le marcaban el lugar para fundar Puebla y le mostraban los trazos de las calles.
Es tercero es el más importante y aquí se pueden ver las representaciones de la reina Isabel de Portugal, Juan de Salmerón, fray Julián Garcés y fray Toribio de Benavente, cada uno con su nombre inscrito en la parte inferior.
En este monumento también se puede ver el escudo de armas de la corona española y también el de la ciudad de Puebla.
En el año de 1960, el gobierno decidió reubicar este monumento y llevarlo hasta el lugar donde está hoy en día, buscando a hacer alusión a la zona más cercana a donde se dio la fundación de la ciudad el 16 de abril de 1531.
Los fundadores
Como se ha dicho en las entregas pasadas con motivo de la fundación de Puebla, uno de los personajes más relevantes en esta historia es fray Julián Garcés, obispo de Tlaxcala y considerado el primer obispo de Puebla.
Cuando la sede del Vaticano aprobó una sede episcopal para la nueva España en Tlaxcala, fue fray Julián Garcés el elegido para hacerse cargo de dicha encomienda, luego de haber sido nombrado por Carlos V como predicador.
Siendo obispo de Tlaxcala tuvo el sueño en el cual se fundaba una ciudad con el nombre de Puebla, la cual estaba trazada por los ángeles.
Una vez que se consolidó la Puebla de Los Ángeles, el obispado de Tlaxcala se trasladó a Puebla en 1539 y para el 6 de junio de 1543 concluyó este traslado con el nombramiento de fray Julián Garcés como el primer obispo de Puebla.
Otro de los fundadores en este monumento es fray Toribio de Benavente, que para muchos también es conocido como Motolinía, un nombre que adoptó al llegar a la nueva España debido a que náhuatl significaba "pobrecito".
Fue fray Toribio de Benavente quien se encargó de oficiar la primera misa que representaría la fundación de la ciudad el 16 de abril de 1531, además se encargó de supervisar el trazo de la ciudad tal y como lo había descrito fray Julián Garcés.
Otro de los miembros fundadores es Juan de Salmerón, oidor de la real audiencia y encargado de dar aviso a la corona española sobre el proyecto para fundar la ciudad de Puebla y los trazos que tendría esta nueva Intendencia.
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Políticamente, Juan de Salmerón fue determinante para constituir el primer cabildo de la ciudad y se le atribuye ser el encargado de la repartición de las primeras tierras entre los poblanos, no solamente en el primer cuadro, sino cuando se extendió la ciudad a lo que hoy conocemos como El Alto y Analco.
Finalmente, la imagen la reina Isabel de Portugal, quien tiene un papel notable en la historia de Puebla, pues fue la encargada de firmar la real cédula de 1532 con la cual se le otorgaba el título de ciudad de Los Ángeles a Puebla.
La entrega de esta cédula además condonaba el pago de impuestos por un periodo de 30 años y permitió que seis años después se le concediera el escudo de armas a la ciudad, tal y como lo había solicitado la Nueva España.
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