La violencia feminicida en México es un fenómeno multifactorial que no solamente tiene repercusiones en los cientos de mujeres asesinadas, secuestradas y desaparecidas, sino también ha tenido un impacto en la vida diaria de otras mujeres que cambian su forma de vestir o dejan de hacer ciertas actividades buscando estar menos expuestas.
Imagen Poblana consultó a algunas jóvenes poblanas quienes confirmaron que la situación de violencia actual que se vive en México, no solamente a nivel general sino específicamente en contra de las mujeres, las ha llevado a modificar su estilo de vida, tanto en su apariencia como en su vida cotidiana.
"Sí, mi vestimenta, en el aspecto de que ya no me visto tan atrevida, se podría decir (…) una trata de ya no salir a ciertas horas sola, pero es todo, yo creo que la vestimenta, solo es tratar de vestirnos un poco más cubierta", expresó una joven que prefirió omitir su nombre.
Otra de las mujeres entrevistadas dijo que su cambio en la forma de vestir se ha dado principalmente por el peligro que siente en el transporte público, un lugar en el que muchos poblanos han sido víctimas de algún tipo de delito.
Pero su caso es aún más alarmante ya que no se trata de una medida nueva, sino que lleva varios años que adoptando esta forma de reaccionar ante la violencia que se vive en el país.
Cambiar ropa y actividades, un mecanismo poco útil
Por su parte Rubí Cervantes, terapeuta de la colectiva feminista “Hablemos de género”, afirmó en entrevista para este medio que, como mujer y como feminista, también ha tenido que llevar a cabo esta práctica de modificar tanto su ropa como algunas de sus actividades cotidianas.
Expresó que se trata de un mecanismo de defensa muy común entre mujeres que han sido víctimas no solamente de violencia sino también de acoso, pero lamentablemente es una medida poco eficiente ya que esto no suele frenar la violencia en contra del género femenino.
"El acoso y el hostigamiento es y sucede independientemente de cómo vayamos vestidas, entonces, aunque creo que son mecanismos que nosotros podríamos realizar como no caminar a ciertas horas por ciertas calles o modificar nuestros horarios, incluso cambiar el método de transporte público, el acoso existe aún a pesar de estos esfuerzos", recalcó.
La especialista explicó que este tipo de acciones son de cuidado personal e igualmente representan una decisión propia de cada una de las mujeres; sin embargo, no por ello debe dejarse de lado la responsabilidad que hay por parte de las autoridades para garantizar seguridad a todas las personas.