¿Qué acontecimiento marcó la fundación de Puebla?

El 16 de abril de 1531 se conmemora la fundación de Puebla, pero muchos poblanos desconocen qué es lo que pasó ese día para que sea la referencia de origen de esta ciudad, que fue un parteaguas en la Nueva España y que desde entonces ha sido una ciudad determinante para la región, tanto por su ubicación como por su organización urbana.

En nuestra tercera entrega especial sobre la fundación de Puebla, en Imagen Poblana te contamos un poco sobre lo que ocurrió ese día, los primeros pobladores y el origen del escudo de armas, el cual hasta hoy en día es uno de los emblemas de esta ciudad.

¿Qué pasó ese 16 de abril?

Como se explicó en las entregas pasadas, la fundación de Puebla no se dio exclusivamente el 16 de abril de 1531, pues fue desde tiempo antes que fray Julián Garcés tuvo el sueño en el cual los ángeles y arcángeles le indicaba el lugar preciso en el cual se debía edificar esta ciudad.

Además, tuvo que pasar tiempo para que fray Julián Garcés encontrara el lugar específico que supuestamente los ángeles le señalaron, entonces, dicho lo anterior, ¿por qué se conmemora el 16 de abril de 1531?

Fue en este valle de una longitud aproximada de 5,500 metros cuadrados donde el 16 de abril de 1531 fray Toribio Paredes de Benavente ofició la primera misa para conmemorar la fundación de esta nueva intendencia de la Nueva España.

En dicha misa estuvieron también presentes las cabezas de las 34 familias que serían los primeros habitantes de esta ciudad y entre los cuales había comerciantes, artesanos, agricultores, encomenderos y conquistadores retirados que habían llegado desde las primeras expediciones.

Esa misa también serviría como banderazo de arranque para el inicio de las construcciones habitacionales, gubernamentales y sobre todo eclesiásticas, para las cuales se requirió principalmente de la mano de obra tlaxcalteca.

Entre esas 34 familias que fundaron la ciudad de Puebla destacan algunos personajes como Juan Pérez de Arteaga, quien participó en la conquista de Tenochtitlán y llegó a Puebla con la intención de aprender náhuatl directamente de la comunidad indígena de aquí.

También destaca la persona de Gonzalo Díaz de Vargas, quien fue el primer alguacil de la ciudad; Alonso Martín Pérez, el encargado de repartir los primeros lotes; mientras que Hernando de Elgueta fue el encargado de hacer el trazo de la ciudad y también se consideró el primer alcalde de Puebla.

Algunos historiadores también destacan el 29 de septiembre de 1532 como una fecha importante en la fundación de Puebla; esto se da porque en esa fecha se tomó la decisión de poblar un nuevo terreno a la orilla del río San Francisco, para albergar a más familias.

Dicho terreno es donde hoy se encuentran los barrios fundacionales de El Alto y Analco, que fueron los primeros asentamientos civiles para las personas que llegaron a trabajar a Puebla de Los Ángeles.

El escudo de armas

Meses después de que comenzó la construcción de la ciudad, específicamente el 20 de marzo de 1532, la reina Isabel de Portugal concedió a Puebla de Los Ángeles el título de ciudad, con la finalidad de que pudiera tener un mayor número de pobladores y hacerse cargo del cobro de impuestos y tributos.

Fue así que el 20 de julio de 1538 finalmente el rey Carlos V otorgó a la ciudad un escudo de armas mediante una cédula real, en la cual se establece que dicho escudo será representado sobre un campo verde, así como dos ángeles vestidos de blanco con detalles en púrpura y oro.

Estos elementos componen la historia fundacional de Puebla, recordando que fueron los ángeles en el sueño de fray Julián Garcés los que marcaron el sitio y mostraron cómo debían ser trazadas las calles de la ciudad.

El escudo de armas también trae las letras "K" y "V" que representa el nombre de Carlos V; todo esto está sobre un río, un campo celeste y una cinta con las palabras: “Angelis suis deus madavit de te ut custodiant te in omnibus viis tuis”.

Dicha inscripción se traduce como: "Dios ordenó a sus ángeles que te guarden en todos sus caminos", una frase que hasta hoy en día es considerada un emblema para la ciudad.