El 9 de marzo se registró una impresionante 'cascada de plasma' solar en la superficie del Sol de unos 100.000 km en dirección al espacio, comentó Eduardo Schaberger Poupeau, el astrofotógrafo que tomó la imagen.
"En la pantalla de mi computadora parecía que cientos de hilos de plasma caían por una pared. Realmente fue un espectáculo que me dejó sin palabras", indicó el fotógrafo en Spaceweather.
La gran cantidad de plasma lanzada por el astro llego a una velocidad de 36.000 km/h al caer, haciendo que pareciera como si estuviese deslizándose una catarata. Es por ello, que se le ha apodado de tal manera. El evento registrado fue lo suficientemente prominente como para absorber 10 veces la Tierra.
Al fenómeno se le denomina formalmente prominencia de la corona polar, que son el equivalente solar a las auroras de la Tierra, e igualmente se forman en torno a los polos solares. Pero a diferencia de las llamaradas que suceden algo más lejos de los polos y toman la forma de enormes tentáculos, en las que se originan muy cerca de los polos los campos magnéticos son tan fuertes que, en lugar de estallar hacia el espacio, la sustancia puede caer de vuelta muy rápidamente.
"No obstante, en lugar de auroras boreales, los óvalos del Sol están llenos de láminas danzantes de plasma", explicó una publicación del blog de la NASA.
El Sol se acerca a su punto máximo de actividad
El acontecimiento observado, sería solo uno de una serie de llamaradas solares que han ocurrido en los últimos meses, a medida que nuestro Sol se acerca a su punto máximo de actividad.
El aumento del movimiento interno de nuestra estrella, se debe a que, cada 10 años, los polos magnéticos del Sol se invierten, lo que causa estragos en los flujos magnéticos locales y, por lo tanto, que dichos eventos sean cada vez más notorios.
El clima espacial no es solo bonito
La comunidad científica siempre está al tanto de la actividad del Sol, no porque esta tenga una hermosa estructura. Si no, porque los eventos solares pueden ser dañinos para nuestro planeta.
Cualquiera de estos grandes sucesos pueden liberar ondas de energía que se precipitan desde el Sol hacia el espacio. Y, en el caso de apuntar directamente hacia la Tierra, la fulguración solar podría dañar las redes eléctricas, infraestructuras e incluso la salud de las personas si no se gestionan adecuadamente.