De la realidad a la ficción: las mejores películas y series sobre espionaje

De la realidad a la ficción: las mejores películas y series sobre espionaje

Foto: Pixabay

Globos chinos, virus informáticos, aplicaciones de celular, ejércitos vigilantes o supuestos agentes de otros países son actividades que recientemente han estado vinculadas al espionaje a nivel mundial. El asunto en sí resulta llamativo porque en la actualidad, en el desarrollo tecnológico que se da para uso cotidiano siempre queda latente la posibilidad de que alguien nos esté viendo o escuchando.

 

En este sentido, no han sido pocas las veces en las que los medios de entretenimiento toman esta idea y la replican en el cine y la televisión. Con ello, han dejado grandes producciones que muestran la forma en que se lleva a cabo el verdadero espionaje, ya sea con motivos de seguridad o para exhibir la forma en que los gobiernos y agencias ven a los ciudadanos.

 

Series y películas han mostrado escenarios muy variados, no solo al típico espía de traje que conduce un deportivo y usa artículos tecnológicos extraños, sino contextos donde organizaciones enteras se ven empeñadas en obtener información de urgencia.

 

En cuando a películas, todos hemos visto o escuchado sobre las grandes obras de Francis Ford Coppola, entiéndase la trilogía de “El padrino” (1972-1990) o “Apocalipsis ahora” (1979), pero entre estas dirigió “La conversación” en 1974. Aquí Harry Caul, interpretado por Gene Hackman, es un prestigiado especialista en vigilancia que tiene como tarea escuchar las conversaciones de una mujer, esposa de un hombre muy rico en la ciudad.

 

 

A medida que escucha el día a día de la joven esposa, se va obsesionando al darse cuenta de que el trabajo tiene un trasfondo diferente que el informado originalmente. Del mismo modo, sospecha de su cliente, toda vez que nunca tiene contacto directo con él ni conoce su verdadero nombre, lo que le hace pensar que él también es víctima del acto.

 

Una de las grandes obras de uno de los directores más reconocidos de la historia, “Vértigo” (1958) de Alfred Hitchcock, cuenta la historia en la que un espía retirado con miedo a las alturas tiene que vigilar a la esposa de un viejo amigo. John Ferguson, con la actuación de James Stewart, tiene que vigilar a la mujer por supuestos males sicológicos que hacen peligrar su vida.

 

 

Mientras la sigue por toda la ciudad de San Francisco, California, hasta un sitio en el que le pierde la vista, ahí es donde se empieza a ver el verdadero misterio detrás de los supuestos padecimientos mentales.

 

Más reciente, una de las sagas de acción y espionaje más largas y memorables vio un reinicio a su canon con las películas protagonizadas por Daniel Craig. Hablamos del espía británico James Bond, que en su primera película del 2005 con este actor, “Casino Royale”, impresionó por su trama, el característico personaje elegante y el apoyo que tiene de grandes herramientas tecnológicas.

 

 

En esta ocasión el “007” tiene que evitar que un banquero que financia terroristas logre conseguir fondos para continuar con su cometido. Para ello, Bond debe ganarle una partida de póker en Montecarlo, donde las sumas de apuestas son millonarias y la vida de ambos estará en juego varias veces.

 

Otra saga que no ha desentonado y sigue haciéndose más larga e igual de aceptada, es la de “Misión Imposible” (1996-2024). En las películas protagonizadas por Tom Cruise, se han exhibido muchas historias donde se tienen que desarmar células terroristas, pelear contra gobiernos o interponerse en los planes de iniciar conflictos nucleares a nivel global.

 

 

Es precisamente la cuarta entrega “Protocolo fantasma” (2011) donde se toca este tema, ya que después de que es traicionado por su país, el agente Ethan Hunt debe impedir que otros espías obtengan códigos nucleares para iniciar una guerra. Con esta empezó la tendencia de hacer escenas de acción sin necesidad de efectos especiales o dobles de acción, pues Cruise se decidió a escalar el Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo, sin redes de seguridad o equipo extra.

 

Hasta ahora hablamos de las historias de espionaje a villanos, líos personales o redes terroristas, pero hay cintas que retratan escenarios reales donde la privacidad de la gente común se ve vulnerada. En “Citizenfour” (2014), una película documental, se nos relata la labor que desempeñaba el estadounidense Edward Snowden, como parte de los trabajos de inteligencia en Estados Unidos.

 

 

El documental dirigido por Laura Poitras, se erige en torno a los correos electrónicos que ella misma recibía firmados por alguien identificado como “citizenfour”. En estos mensajes se comentaban las supuestas pruebas de cómo el gobierno estadounidense vigilaba ilegalmente a la sociedad, junto a otras agencias de inteligencia estatales del mundo.

 

Por otra parte, las series televisivas tampoco se han queda atrás en su forma de exhibir este fenómeno. Una de las más recientes es “El infiltrado”, de 2016. Esta miniserie de la BBC gira en torno a la historia de Jonathan Pine, un soldado británico retirado que es llamado para unirse a las fuerzas de inteligencia e infiltrarse en un grupo criminal para detener de tráfico de armas.

 

 

Por otra parte, “El hombre en el castillo” (2015) en cuatro temporadas ha enseñado un mundo con un contexto muy distante del que vemos hoy en día, pues en la Segunda Guerra Mundial, las potencias del eje salieron victoriosas, expandiendo el nazismo por todo el mundo. Estados Unidos, el gran opositor, fue fragmentado en tres partes, por lo que los personajes, desterrados de sus hogares, tienen que sobrevivir en un mundo distópico donde descubre una serie de películas que muestran una historia alternativa donde los aliados fueron los ganadores.

 

 

De la mente de J.J. Abrams, “Alias” (2001) cuenta las misiones encubiertas de una joven agente de la CIA, Sydney Bristow, interpretada por Jennifer Garner. Ella trabajó como parte de un grupo secreto de dicha agencia que está financiado por dinero de dudosa procedencia. El título de la serie debe a que, por su labor, nadie puede saber a qué se dedica realmente Sydney, por lo que su identidad permanece oculta para la mayoría de la gente.

 

 

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