Proyecto MK Ultra, uno de los secretos mejor guardados de Estados Unidos

Proyecto MK Ultra, uno de los secretos mejor guardados de Estados Unidos

En un día como hoy, pero de 1953, la Agencia Central de Inteligencia o CIA, por sus siglas en inglés, puso en marcha uno de los programas de control mental más polémicos por usar prácticas ilegales y ser la base de la guerra biológica de Estados Unidos, mejor conocido como proyecto MK Ultra.

 

Este fue uno de los secretos mejor guardados del gobierno estadounidense hasta que la difusión del manual de Métodos de Asesinato de la CIA llevó a la investigación de los subprogramas que componían el modelo MK Ultra, que podemos traducir como “ultra control mental”.

 

El principal antecedente de esta investigación fue otro proyecto de control mental conocido como Bluebird y creado formalmente en abril de 1953 por orden directa de Allen Dulles, entonces director de la CIA. El objetivo de Bluebird era encontrar varias formas de poder controlar la mente de un ser humano, alterando su percepción sensorial para lograr así extraer información sobre temas relacionados al ejército enemigo, sus planes y operaciones, o sobre los temas involucrados en un conflicto militar, presente o futuro.

 

Durante este proyecto se aplicaron sesiones de interrogatorios a presos de guerra, que habían sido entrenados para no revelar información en caso de ser detenidos. Bajo esta premisa, surgió el proyecto MK Ultra, que buscaba producir una droga que obligara al sujeto en cuestión a decir la verdad.

 

 

Para esto se experimentó con diferentes sustancias psicoactivas, tales como el ácido lisérgico y otros componentes químicos que afectan la percepción de la realidad. Bajo este programa, surgieron otros 150 subproyectos de investigación, aunque no se conoce el propósito de la mayoría de ellos.

 

El programa comenzó a tener registros en 1953; en 1964 empezó a reducir sus actividades y fue descontinuado oficialmente en 1973. Esto luego de que se revelara un documento de ocho cuartillas conocido como Manual de Métodos de Asesinato de la CIA donde se planteaban diversas maneras de encubrir la muerte de una persona, haciendo uso de drogas como la morfina o el ácido lisérgico.

 

Tras esto, el presidente Gerald Ford prohibió expresamente en 1976 el uso del manual de la CIA y los asesinatos por su cuenta, al mismo tiempo que se dio un cierre a MK Ultra. El nexo se encuentra en las posturas del gobierno estadounidense en contra de las guerras biológicas, a las que señalaron como un atentado a la salud pública.

 

El autor galés, Gordon Thomas, escritor con especial énfasis en temas de espionaje de las más reconocidas agencias de inteligencia a nivel mundial, señala en su libro “Las torturas mentales de la CIA” que el origen de MK se produjo tras la Guerra de Corea (1951-1953), cuando el ejército coreano, apoyado por la URSS y China, convirtió en prisioneros a un grupo de soldados estadunidenses que, cuando fueron presentados ante la prensa internacional, para declarar que la guerra de Corea era una “guerra injustificada”.

 

Por si fuera poco, aceptaron haber arrojado “bombas de gérmenes”. En respuesta, Estados Unidos, tomó a miles de prisioneros coreanos, los concentró en un campo en la isla de Koje, en Corea del Sur, y desarrolló una serie de experimentos con cepas de bacterias en unos 20,000 prisioneros. El resultado fue que todos se infectaron por una disentería amébica que mató a unos 2,000 de ellos, lo cual fue denunciado por varios medios de prensa internacionales.

 

 

De esta manera, la Guerra de Corea fue el laboratorio para probar el armamento bacteriológico con fines militares y la incubación del programa MK-U, que también buscaba activar el organismo humano a control remoto; para ello, buscaron crear una técnica completa de “lavado de cerebro”.

 

Los resultados de estos experimentos provocaron que el Ejército de Estados Unidos, tuviera armamento biológico. En octubre de 1952, se produjo un informe de 700 páginas presentado ante la Organización de las Naciones Unidas, citando el uso de moscas, piojos, mosquitos, roedores, conejos y otros animales pequeños infectados con gérmenes de cólera, ántrax, peste bubónica y fiebre amarilla por parte de Estados Unidos, en respuesta, se formó la Comisión Científica Internacional para la investigación de los hechos concernientes a la guerra bacteriológica en Corea y en China, que concluyó en que los pueblos de Corea y China habían servido de blanco para las armas bacteriológicas.

 

Ante esto, Estados Unidos refutó los cargos y la ONU nunca se pronunció; sin embargo, en las constantes incursiones del vecino del norte en países en conflicto como Irak o en la cacería contra el régimen de Sadam Husein, siempre se ha justificado estas acciones señalando los “terroristas” provocan una guerra química-biológica contra las minorías.

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